Andalucía tiene la mayor tasa de riesgo de pobreza

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El porcentaje general de la población española en situación de pobreza y exclusión social o en riesgo de sufrirlo –tasa AROPE, utilizada en toda Europa– baja por segundo año consecutivo en España, hasta el 27,9%, siete décimas menos que el año anterior (28,6%). Ese porcentaje descendió en 2015 por primera vez desde el inicio de la crisis, 0,6 puntos porcentuales, pero todavía representaba entonces al 28,6% de la población, según la misma Encuesta de Condiciones de Vida publicada en 2016. Sin embargo, la encuesta —realizada en primavera de 2015 en base a las rentas de 2014— revelaba también que los ingresos medios de los hogares en España llevaban seis años consecutivos cayendo.

Los datos de la encuesta son devastadores:

-Andalucía registró en 2015 unos ingresos medios anuales netos por persona de 8.398 euros, lo que la sitúa en penúltima posición a nivel nacional, sólo por delante de Murcia (8.273 euros).

-Las tasas de riesgo de pobreza más elevadas se registran en Andalucía (35,4%), Canarias (35,0%) y Castilla-La Mancha (31,7%). El porcentaje nacional de población en riesgo de pobreza se situó en el 22,3 por ciento –también con datos de ingresos de 2015–, frente al 22,1 por ciento del año anterior –con datos de ingresos de 2014–.

-El 52,4 por ciento en Andalucía de los hogares no tenía capacidad para afrontar gastos imprevistos en 2016, y el 56,1 por ciento de ellos no podía permitirse ir de vacaciones fuera al menos una semana al año.

-Andalucía registra un 10,5 por ciento de retrasos en los pagos relacionados con la vivienda principal y un 22,8 por ciento tiene mucha dificultad para llegar a fin de mes.

A nivel estatal, el porcentaje de la población española en riesgo de pobreza y exclusión social –tasa AROPE, utilizada en toda Europa– baja por segundo año consecutivo en España, hasta el 27,9 por ciento.

El indicador AROPE de riesgo de pobreza o exclusión social se construye con la población que se encuentra en riesgo de pobreza o con carencia material o baja intensidad en el empleo. En base a estos tres componentes, el INE indica que la reducción global de esta tasa en 2016 se produjo en dos de ellos: la carencia material severa pasó del 6,4 por ciento al 5,8 por ciento y la baja intensidad en el empleo se redujo del 15,4 por ciento al 14,9 por ciento.

En carencia material severa se definida como la ausencia de al menos cuatro conceptos de los nueve que se preguntan en la encuesta: no puede permitirse ir de vacaciones una semana; no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado cada dos días; no puede mantener la vivienda con una temperatura adecuada; no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos; retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda; no puede permitirse disponer de un automóvil ni teléfono ni televisor ni lavadora.

Según la encuesta del INE, en 2016, el 49,5 por ciento de la población no tenía carencia en ninguno de los nueve conceptos, mientras que el 5,8 por ciento estaba en situación de carencia material severa (en al menos cuatro conceptos de la lista de nueve).

Fuente: andaluces.es