Los derechos del pueblo saharahui y los intereses de los pescadores andaluces

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En estos días, los pescadores andaluces que faenan en aguas marroquíes andan bastante preocupados: el acuerdo entre la UE y el país africano puede ser anulado. La decisión está en manos del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE). No obstante, el abogado general del organismo, Melchior Wathelet ha concluido que el convenio “no es válido”.

El motivo viene de la aplicación del acuerdo en la zona del Sáhara Occidental, acción que fue denunciada por la organización Western Sáhara Campaing (WSC) ante el Tribunal Supremo de Reino Unido. Fue esta institución la que planteó la cuestión al TUE. Ahora, Wathelet afirma que el pueblo saharaui “no ha dispuesto libremente de sus recursos naturales” como obliga el derecho a la libre determinación, ya que Marruecos ocupa la antigua colonia española, a pesar de no contar con el reconocimiento de las Naciones Unidas.

La principal localidad afectada es Barbate, con 18 barcos que trabajan en estos caladeros. En el conjunto de Andalucía, son unos 450 pescadores en total, según datos aproximados de la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras (FAAPE), los que se benefician del acuerdo.

Los pescadores aseguran que ellos no llegan a faenar en aguas del Sáhara, ya que sus barcos no bajan tan al sur y que son“cuatro o cinco buques factoría los que trabajan allí de los 200 que están sujetos al acuerdo”. “Los andaluces no pescan en aguas del Sáhara, no llegamos a pasar la zona de Casablanca. No obstante, defendemos el acuerdo firmado por principios y solidaridad con los demás compañeros”, explica el presidente de la FAAPE, Pedro Maza.

Según fuentes del sector pesquero, el Gobierno español contempla subvencionar al sector para evitar cualquier impacto socioeconómico, al menos hasta que se reorganicen los caladeros. Pero los pescadores no buscan eso: “El sector no quiere ayudas”, afirma tajante Tomás Pacheco. “El sector lo que quiere es trabajar dignamente, el tema de las ayudas es un alivio para los primeros días, pero eso no arregla nada”, explica.

Fuente: La Vanguardia.