El castillo de la Inquisición en Sevilla: la desnaturalización de un referente histórico

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Desoyendo las protestas de asociaciones de defensa del Patrimonio Cultural, hace escasos días fue inaugurado el «gran espacio expositivo del Arte Sacro en Sevilla» en las ruinas del castillo de San Jorge, frontero al mercado de Triana y al Guadalquivir. Es una barbaridad por un doble motivo. El primero y principal porque ello falsifica el significado de lo que queda del castillo de San Jorge, que fue sede de la Inquisición, la maquinaria político-religiosa que durante siglos desarrolló el terrorismo de estado que tenía como objetivo hacer desaparecer toda disidencia ideológica y toda desviación del «orden» social. Ocultar este significado es una verdadera agresión a la identidad histórica de Sevilla y de Andalucía: una expropiación de una parte de nuestro Patrimonio Cultural.

El segundo motivo es que ese espacio no cumple las condiciones mínimas necesarias para ser un espacio en el que se reflejen unas actividades artesanales de tanta tradición en esta ciudad y no solo algunos resultados de estas, seleccionados, además, sin responder a un proyecto museográfico consistente. Existen varios edificios más amplios y adecuados en la ciudad, algunos recientemente restaurados o en vías de estarlo, en el que sí podrían visibilizarse de manera adecuada esos talleres artesanos.

Me temo que es la situación del lugar, a orillas del río, en el puente de Triana, cerca del museo de la cerámica y de los bares principales del antiguo arrabal, el principal motivo de esa inaceptable decisión, que desnaturaliza el significado identitario del castillo de San Jorge. Ya que el alcalde Sanz no ha podido llevar adelante su ocurrencia de convertir el antiguo edificio de la Fábrica de Tabacos (actual Rectorado y sede de Facultades de la Universidad de Sevilla) en Museo de Bellas Artes para «llenar» de atractivos turísticos el eje que va desde la Catedral y el Alcázar hasta la Plaza de España, sí ha conseguido colmatar ese otro eje turístico que va desde la plaza de toros a Triana. Y los artesanos han picado el anzuelo. Más pronto que tarde se darán cuenta de su error.

Quizá convenga también señalar los significados de la fecha escogida para la inauguración del «museo»: el Míércoles de Ceniza. Sin duda, se ha querido subrayar, con ello, la importancia de la aportación de las actividades artesanas en el esplendor de la Semana Santa, que en el calendario cofradiero comienza en ese día su inmediata cuenta atrás para su celebración. De lo que no parecen haberse dado cuenta es que conectar el castillo de la Inquisición con las cenizas es algo que activa también la memoria histórica: allí se torturó y condenó a la hoguera a muchos hombres y mujeres cuyos cuerpos fueron convertidos en cenizas. Seguro que ni el alcalde, ni sus asesores, ni quienes llevan hoy la voz cantante en el «gremio» de las artesanías religiosas han sido conscientes de esta macabra coincidencia.