La derecha extrema y la extrema derecha, tanto monta, monta tanto, han lanzado una nueva «cruzada» para reactivar los símbolos de la Reconquista contra el moro invasor. Y Televisión Española ha contribuido con su programa El mejor de la historia, con el que ha blanqueado la imagen de Isabel la Católica. Un concurso frívolo, en el que los espectadores tenían que elegir quién es la figura más relevante de la historia patria, entre 50 personajes seleccionados con un criterio disparatado. Por ejemplo, Isabel llegó a competir en méritos y ganó al tenista Rafael Nadal. Y el poeta Antonio Machado, símbolo del exilio republicano, también fue eliminado, ante el empuje de la reina inquisidora. ¡Habrá mayor disparate!
La reina Isabel I de Castilla, más conocida como Isabel la Católica, ha sido una de las finalistas. Sus defensores dicen que fue una mujer empoderada, una especie de feminista adelantada a su tiempo. Todo un despropósito. También señalan que Isabel fue responsable de grandes movimientos de masas durante su reinado. Lo correcto sería decir que ordenó la deportación de miles de personas, por tener otras creencias y costumbres.
En cambio, los detractores recordaron que fue fundadora de la Inquisición y que había decretado la expulsión de judíos y moriscos. A pesar de esta sombra tan alargada, su católica majestad consiguió un importante apoyo de telespectadores, muy adoctrinados y poco documentados, que no tuvieron en cuenta el drama humano de las diásporas sefardí y andalusí, ni la persecución de la comunidad gitana por parte de los Reyes Católicos.
Isabel la Católica compitió en la final nada menos que con Federico García Lorca, Miguel de Cervantes, Ramón y Cajal o Cristóbal Colón, otro personaje controvertido. No olvidemos que el almirante empezó la conquista, el genocidio indígena y el saqueo de América. Un episodio atroz, escrito con la cruz y la espada, que los nostálgicos del imperio pretenden maquillar ahora con el eufemismo de «primera globalización». Por cierto, además de un despropósito, el concurso televisivo ha sido un fracaso de audiencia que ha costado 1.969.227,87 euros.
No es la primera vez que la televisión pública blanquea la imagen de su católica majestad. También lo hizo en 2012, con la serie Isabel, un culebrón rosa y sin rigor histórico. Esperábamos un guion de calidad y bien documentado, pero fue decepcionante comprobar que TVE volvió a maquillar la historia, con tópicos y leyendas, para ocultar los graves sucesos que acontecieron durante el asedio a la capital nazarí, con el fin de no empañar la imagen de los Reyes Católicos.
Con el concurso El Mejor de la Historia, la España nacional-católica de Isabel I de Castilla, que fue emblema de la dictadura franquista, ha ganado al poeta Federico García Lorca, que representa a la República democrática, plural y diversa. Pero no sólo TVE fomenta los símbolos de la mal llamada Reconquista, también el Ministerio de Asuntos Exteriores, incluso con un gobierno «progresista», mantiene todavía la Cruz de Isabel la Católica, reina de la Inquisición, como máxima distinción de un Estado que dice ser aconfesional. Y para colmo, la dichosa condecoración fue instaurada por el rey déspota Fernando VII, que ejecutó con el brutal garrote vil a Mariana de Pineda, heroína de la libertad.
Por supuesto, Isabel ha sido finalista, mientras que Clara Campoamor, que consiguió el derecho al voto para las mujeres, fue eliminada en la primera criba. Y Mariana ni siquiera ha estado entre las candidatas. En la final, los espectadores han salvado un poco la dignidad del programa, eligiendo como el mejor de la historia al científico Santiago Ramón y Cajal, frente a Isabel, que partía como favorita. No obstante, Ramón y Cajal se las vio y se las deseo para ganar por escasos votos a la tirana de Castilla, así llamada por los moriscos expulsados. Sin embargo, en el concurso no ha sido seleccionado ningún personaje andalusí, como el también científico Ibn Firnás, el filósofo Averroes o el poeta Ibn Al Jatib. Se ve que, para los guionistas de TVE, los ocho siglos de civilización de Al Ándalus no forman parte de nuestra historia.
Deberían leerse el libro «Lo que Europa debe al Islam de España», en el que Juan Vernet nos dice: «Este libro pretende ser un inventario de lo que la cultura debe a los intelectuales andalusíes. Una simple estadística de los textos científicos, editados durante el periodo de Al-Ándalus, prueba lo mucho que Occidente debe a la civilización andalusí».
Y como dice el historiador Emilio González Ferrín: «He observado, en los últimos años, una deriva clarísima hacia la renovación de la vieja ideología nacional-católica, así como un intento de despreciar nuestro pasado andalusí». Habría que recordar a los guionistas del «El mejor de la historia» que Al-Ándalus también existió. Que fue el periodo de mayor esplendor cultural y científico que Andalucía ha dado a la humanidad.