“Los nadies, los hijos de nadie, los dueños de nada…”. Eduardo Galeano
El pasado 14 de octubre, la Red de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN), hizo público el X Informe “El Estado de la Pobreza en España. Seguimiento del indicador de pobreza y exclusión social 2008-2019”. En esta ocasión lo han denominado de forma significativa “POBREZA ESTRUCTURAL”. En dicho informe se cuantifica, desde distintas perspectivas, la situación vergonzosa que venimos arrastrando y que, por los hechos podemos decir, nada le importa a quienes están al frente de los distintos gobiernos, ya sean municipales, autonómicos o estatal.
Según el Informe: “Andalucía ha sido la comunidad autónoma que ha sufrido con mayor intensidad las consecuencias de la crisis y de la evolución del decenio. Desde el año 2008 su tasa AROPE se incrementó en seis puntos porcentuales, lo que tuvo como consecuencia la creación de un total de 612.000 nuevas personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social. En total, en el año 2019 Andalucía registra 3,17 millones de personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social.” “El 37,7 % de la población de Andalucía está en riesgo de pobreza y/o exclusión social en el año 2019. La tasa es un 49 % más elevada que la media nacional (12,4 puntos porcentuales más)”.
Pero bueno, pareciera que solamente son datos y más datos: “Andalucía tiene 2,6 millones de personas pobres”, “en el año 2019, el 5,9% de la población de Andalucía (497.000 personas), vive en condiciones de Privación Material Severa”. Es como si ya nos hubiéramos acostumbrado a los números, siempre fríos, de los distintos informes y esto lo tuviéramos ya disociado de la realidad que no es otra que la dignidad humana pisoteada a diario. Detrás de los números o mejor, antes que ellos, están las personas.
¿Qué hacen las administraciones con estos datos que son propios de un estado fallido? Nada. No es mi opinión, es la conclusión que podemos sacar de la evolución histórica que presentan los datos vertidos en los informes.
Hace meses a mucha gente de buena voluntad hicieron creer que ya era la hora de abordar, aunque fuera un poco, la situación de la pobreza. Vendieron a bombo y platillo, como hacen siempre, la propuesta del Ingreso Mínimo Vital. Nos dijeron que ahora sí, que ¡ya era hora!, que tal y cual… Pero ahí están los datos, otra vez los fríos datos facilitados el 14 de octubre: en Andalucía han solicitado el Ingreso Mínimo Vital 218.195 personas. Lo han aprobado para el 1,97% de las solicitantes (4.311). El 11% de las solicitudes (24.018) han sido denegadas. En el cajón esperando su momento, como si un ingreso MÍNIMO y VITAL pudiera esperar, hay 189.866 solicitudes.
¿Por qué no se aprueba la Renta Básica Universal? La respuesta es sencilla: las personas pobres son números, no valen nada.