La práctica cooperativa de Marinaleda como ejemplo a seguir

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Marinaleda, como conjuntos de prácticas políticas, económicas y sociales, es para mucha gente un ejemplo. Cualquier práctica humana tiene sus problemas, sus déficits, su fallos. No obstante, y a pesar de las críticas posibles y necesarias, Marinaleda es un ejemplo para tanta gente que se convierte en un problema para el poder.

Ser un ejemplo es una fortaleza, pero también supone ser diana de aquellos grupos que desean que todo continúe como está; que actúan con un único fin: el mantenimiento de sus privilegios (aunque suponga mantener a Andalucía a la cabeza de la desigualdad, de la precariedad o de la pobreza).

La Junta de Andalucía siempre ha obedecido a esos grupos privilegiados. En Andalucía, hasta hace pocos meses, nunca había gobernado el “partido de la derecha”. Para eso ha estado el PSOE andaluz. Este partido vendió las tierras públicas existentes en Andalucía. Bueno, no toda. El Humoso, la finca en manos de la gente de Marinaleda aún no ha sido vendida. Los que la llevan trabajando desde que se la arrancaran al Duque del Infantado hace más de dos décadas no quieren comprarla. Y si no tienen más remedio, lo quieren hacer sin que pase a ser propiedad privada de nada ni de nadie (mediante una fundación).

Esa rebeldía, negar que la tierra sea una mercancía, generar riqueza sin explotación, hace que desde diferentes sectores se presione y dificulte la marcha de la Cooperativa de Marinaleda (aunque formalmente son varias, la realidad es que se gestiona como una única cooperativa). Unas veces Antena 3, otras ABC, los medios actúan como portavoces de las oligarquías que no permiten el ejemplo de Marinaleda. No les importa los miles de jornales, los cientos de puestos de trabajo. Sólo les importa el (mal) ejemplo que están dando: ser un pueblo capaz de mejorar su economía sin la necesidad de las clases explotadoras y privilegiadas; sin considerar a la naturaleza y a las personas como mercancías.

Por eso, ahora más que nunca, Andalucía entera como Marinaleda. Por eso, ahora más que nunca, debemos apoyar a esta gente que desde su esfuerzo, rebeldía y dignidad, impide que toda la tierra de cultivo de Andalulcía sea privada y al servicio de las clases ociosas de siempre. La Cooperativa de Marinaleda nos muestra la posibilidad real de la gestión de la tierra y la economía al servicio de las personas.