El nacionalismo (inconfesado) de Susana Díaz

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En el diario El País, Susana Díaz pontifica que «La izquierda no puede ser jamás nacionalista».

¡Quiénes le habrán enseñado a ella qué es el nacionalismo! Debería leer algo más que encuestas para no confundir el nacionalismo de liberación, que es internacionalista, del nacionalismo opresor, que es el excluyente y es precisamente el suyo. Porque, aunque no le interese confesarlo, o incluso pueda no saberlo (que todo puede ser), ella es profundamente nacionalista, o más bien ultranacionalista: ella milita en el nacionalismo españolista, negador de los derechos de los pueblos-naciones que componen el Estado español, Andalucía incluida.

Dice no ser nacionalista pero estos días se envuelve en la bandera andaluza. ¡Claro, va a ser 28 de Febrero y ahora toca manosear el nombre de Andalucía, a la que jamás nombra como nacionalidad, que es el término que la define en el vigente Estatuto! Y en la entrevista miente con descaro cuando dice que ella está «donde quería estar, en Andalucía». ¿Ya se ha olvidado de los muchos meses en que su objetivo obsesivo y único era la secretaria general del PSOE? Ella sigue aquí porque fracasó en el proyecto de mandar en Madrid.

¡Qué debil es de memoria «nuestra» presidenta! Aunque quizá sea porque su golpe de estado interno y su batacazo en las primarias de su partido dice que le parecen que ocurrieron «en el paleolítico» (¡!). Han pasado, pues, miles de años y una no puede acordarse de todo, evidentemente.