Segunda entrada de esta «nuestra economía», en la que como ya avanzamos en la primera, hablamos de la economía andaluza. Comenzamos enfrentando la mentira y propaganda propia de la época electoral en la que nos encontramos, para seguir con los «emperdedores», la relación entre universidad y el lobby minero-extractivista, la privatización del infoca y, para terminar, algo positivo: un Maestro diciendo Verdad. Menos mal.
Datos y propaganda
Los datos desmienten la propaganda de Moreno Bonilla, el PP y gran parte de la prensa empresarial andaluza.
El PIB por habitante de Andalucía se situaba en 2020 en un mínimo del 59,4% de la media de la Unión Europea. Ha retrocedido en cinco años y es inferior al 75% del Estado. En 2021, era 3,7 puntos inferior al de 2018. El peso de la industria andaluza en la economía española ha bajado un 10%. El número de empresas inscritas en la Seguridad Social también ha descendido (20.262 empresas menos entre 2018 y 2022).
Los regalos fiscales a las personas más ricas (400 millones de euros) se han traducido en una disminución de la recaudación, en el periodo 2020-2021, de 240 millones de euros, un 11,6% de pérdida de recaudación. A personas inteligentes como quien lee esto no hay que decirle quién paga los millones de diferencia. Respecto al servicio sanitario, Andalucía lidera las listas de espera de pacientes (122.959 personas a finales de 2021). Según un informe de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, en 2021 Andalucía bajó, por primera vez en este siglo, al cuarto grupo de calidad del sistema sanitario, al que denominan, literalmente, el de “los peores servicios sanitarios de España”. Más de 70.000 personas dependientes se encuentran en lista de espera para ser valoradas (se tarda más de 680 días en lograrlo y en 2021 han fallecido más de 9.000 personas que estaban en estas listas). Andalucía es la comunidad con mayor déficit de plazas en residencias.
En el terreno educativo, hay 2.000 unidades educativas públicas menos y se han puesto a 3.000 docentes en la calle. El gobierno de Moreno Bonilla ha recortado 135 millones de euros a las universidades públicas, y, al mismo tiempo, ha dado luz verde a universidades privadas.
Andalucía estaba en 2021 a la cola en tasas de pobreza (35,5%), en tasas de desempleo (21,7%), sobre todo juvenil (44,5%), y es la que más precariedad y temporalidad (33,5%) en el empleo tiene de todas las comunidades. Andalucía, hasta marzo de 2022, era una de las pocas comunidades autónomas con niveles superiores de desempleo a 2018. Al finalizar 2021, solo el 2,3% de los contratos eran indefinidos, la peor cifra de contrataciones indefinidas. Según Save The Children, el 37,4% de las niñas y los niños andaluces se encuentra por debajo del umbral estatal de pobreza y el 14,5% por debajo del umbral de pobreza severa.
En fin, elecciones y verdad. Algo imposible de cuadrar.
Ayudas para continuar “emperdiendo”
La Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo ha publicado una nueva convocatoria de ayudas para respaldar el inicio de actividad de las nuevas personas autónomas en Andalucía, con incentivos de (hasta) 5.000 euros por beneficiario. En total, cuenta con 30 millones de euros de presupuesto con los que se pretende llegar a unas 7.000 personas trabajadoras por cuenta propia en la comunidad. La convocatoria contempla varios colectivos de autónomos, priorizando a las mujeres, a los jóvenes y a los “emprendedores” que inicien su actividad en pequeños municipios.
Este tipo de políticas llevan décadas implementándose. Poca innovación hay, ciertamente, en estas estrategias de emprendimiento y mejora de la “empleabilidad”. Décadas en las que como hemos visto con los datos anteriores, la situación no mejora. Al menos la de la gente que habita Andalucía. En el fondo, el objetivo es claro: culpabilizar a la víctima. Si alguien no tiene empleo, que no se queje, que ayudas hay. La culpa de su situación la tiene la propia víctima del desempleo: será porque “no se mueve”, “no quiere trabajar”, no es lo suficientemente “emprendedor”. O, mejor dicho, “emperdedor”.
La Cátedra de Estudios Mineros en la Universidad de Sevilla: pensamiento para el extractivismo
Ecologistas en Acción y la asociación “Universidad de Compromiso social”, apoyados por otras muchas organizaciones, rechazan la Cátedra de Estudios Mineros que pretende por en marcha la Universidad de Sevilla. Esta Cátedra está impulsada por la patronal minera AMINER, en su estrategia de lobby, por la que pretende generar complicidades que faciliten la implantación de los proyectos mineros de sus representados, proyectos que son altamente costosos socioambientalmente.
La patronal minera tiene por objetivo favorecer la tramitación de proyectos mineros con el apoyo a esta Cátedra. Instituciones públicas como la Universidad debería analizar y cuestionar los procesos administrativos que facilitan atentados ecológicos como los derivados de la minería en Andalucía, con ejemplos como la rotura de la balsa de la mina de Boliden en Aznalcóllar, las continuas detracciones de aguas y su contaminación en el caso de Cobre las Cruces, o la contaminación de los ríos Odiel y Tinto por la proliferación de minas en la faja pirítica onubense. Desde estos colectivos se insta a que la Universidad de Sevilla asuma el liderazgo de impulsar, en base a su prestigio, medios y conocimiento solvente, el relevante debate global sobre los límites del extractivismo, imprescindible en Andalucía, pues las transnacionales mineras tienen, y publicitan, ambiciosos planes extractivos para esta tierra. La Universidad debe estar al servicio de la ciudadanía, no de multinacionales que pretenden extraer nuestras riquezas y dejarnos los costes ecológicos.
El mantenimiento del prestigio de la Universidad es cada vez más uno de los mayores enigmas sociales por resolver. Cada vez más se dedica a apoyar a empresas contaminantes, procesos productivos antisociales, millones de horas invertidas en artículos inútiles para la sociedad, nula evaluación de la calidad docente… Todo un enigma digno de investigar (no sabemos por quién).
Infoca: precarios contra el fuego
Los sindicatos de la Agencia de Medio Ambiente y Aguas (AMAYA) de la Junta de Andalucía, donde se incluye el servicio de extinción y prevención de incendios forestales (INFOCA, se sienten “ninguneados” por los dirigentes de Medio Ambiente ya que no hay “voluntad de negociar” ninguna de las mejoras que llevan años reclamando. Desde hace tiempo, no hay acuerdo para desbloquear aspectos fundamentales para los trabajadores: la antigüedad, la estabilización de la plantilla, las jubilaciones del personal y la elaboración de un nuevo convenio colectivo. Para este año, AMAYA pretende realizar contrataciones de personal fijo discontinuo en la temporada de alto riesgo de incendios (de junio a octubre). Una medida que rechazan los sindicatos pues precariza la situación del servicio al no apostar por tener personal durante todo el año para poder hacer labores de prevención.
Hace unos meses, durante el incendio que se produjo en Sierra Bermeja, en un hilo de Twitter (de Juan R. @Jpild11) se relataba la situación que denuncian los bomberos forestales andaluces. Resumo el hilo. Unas mil personas del INFOCA son eventuales contratados, lo que no sólo significa precariedad e inestabilidad para estos trabajadores, sino desprofesionalización del dispositivo y debilitamiento de las labores preventivas en invierno. Lejos de arreglar esta situación, la amenaza también se cierne sobre los fijos, con la ayuda y asesoramiento de una de las mayores consultoras del mundo, Price waterhouse Coopers (PwC). Los bomberos forestales llevan tiempo informando sobre la puesta en marcha del negocio del fuego y denuncian la precarización de la lucha contra los incendios en favor de la privatización. En este sentido, indican que el bosque ardiendo es una “oportunidad de beneficios” para empresas que optan a la adjudicación de dicha privatización. Y que, por supuesto, todo va a salir más caro: mientras que cada puesto forestal gestionado por empresas cuesta 6. 248 euros, los puestos públicos tienen un coste de 3.537.
Así pues, mientras los bomberos se juegan la vida en cada incendio, en grandes empresas consultoras o despachos de la Junta (con la colaboración de redacciones de periódicos), elaboran planes para desprestigiar, precarizar y privatizar. Todo por la pasta. Economía capitalista en estado puro.
Carlos Arenas: «Andalucía es una colonia»
Carlos Arenas ha escrito un nuevo libro. Sin duda, hay que leerlo. No tenemos demasiadas personas que analicen la realidad de Andalucía desde una perspectiva tan certera y honesta. Su nuevo libro se llama “Lo andaluz. Historia de un hecho diferencial”, editado por El Paseo, y como dice Ángel Munárriz, quien le hace una entrevista para infolibre del cual sacamos esta información, “bucea en las razones del atraso andaluz y encuentra sus orígenes remotos en el modelo de Reconquista en el sur de la Península.” Carlos Arenas es Catedrático de Historia Económica de la Universidad de Sevilla, ya jubilado, y quien no lo haya hecho, ya está tardando en leer “Poder, economía y sociedad en el sur. Historia e instituciones del capitalismo andaluz (Centro de Estudios Andaluces, 2016). Si lo quieren resumido, aquí.
Para nosotros, lo principal que dice el profesor Arenas se puede resumir en los siguientes puntos. “España existe porque Andalucía es una colonia. Cuando se pierden las colonias en América, Andalucía las sustituye. El grado de atraso que sufrimos es en buena parte por el carácter de colonialidad que tenemos, sobre todo con respecto a Madrid, la comunidad que regula en su beneficio, por ser sede del capital financiero, la economía española en su conjunto». Para el profesor, mientras continúe es carácter colonial, el capital esté tan concentrado y Andalucía no rompa con los clichés que determinan la percepción tópica e injusta que llega a tener de sí misma, esta tierra no logrará salir de lo que llama «la rueda de hámster»: el roedor cree que se mueve, pero en realidad no avanza. «Es imprescindible para que el hámster consiga salir de la rueda y tire por donde quiera», concluye.
…
En fin, que la economía andaluza, cual hámster, corre y corre sin llegar a ninguna parte. Bueno sí, la propaganda, instituciones públicas como las universidades, políticas como las de fomento del emprendimiento, o privatizaciones más o menos visibles, nos llevan a parecer que andamos hacia adelante cuando lo que hacemos es no salir de la jaula del “surdesarrollo”, como decía Carlos Román, de la economía de “colonia”, como dice Carlos Arenas. Alguna gente, poca, gana con todo esto. Mucha, demasiada, pierde. Es bueno ir teniendo algunas cosas claras entre tanta información desinformadora.