¿Quién teme al 4 de diciembre?

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Las efemérides ofrecen solera a los pueblos al igual que a las personas sabiduría y madurez. Nos obligan a mirar atrás. Invitan a valorar las diferencias de lo que fuimos y somos para diseñar lo que seremos… Quizás por ello, nuestra Historia reciente como pueblo andaluz está repleta de hitos y mensajes que intencionadamente se pretenden congelar y reinterpretar; que, incluso, se ocultan con descaro. Nada es casual. Todo tiene su sentido y más en política.

Aquel día de 1977 queda en el imaginario de quienes tuvimos la suerte de vivirlo. Es muy posible que le sea difícil de entender e interpretar a casi el 50% de la población andaluza que no tuvo esa fortuna. Eran otros tiempos, dirán… Ahora, a pesar de muchos, defendemos que sigue siendo y es la hora de Andalucía. Suenan campanadas de arrebato para la movilización. Sobran razones. Y yo…yo me siento pueblo. Me duele Andalucía.

La convocatoria para el próximo día 1 de diciembre en Córdoba realizada por la Plataforma Andalucía Viva es en recuerdo de aquellas movilizaciones. Pero además, es un aldabonazo a la conciencia de los andaluces y andaluzas del siglo XXI. Corren vientos de involución y, como expresase el propio Blas Infante desde el balcón del Ayuntamiento de Cádiz días antes del golpe militar, la verde y blanca que ya entonces se izaba, deber estar siempre prendida en el corazón. Y añadía don Blas sin traicionarle su olfato: “cuidado, no vaya a venir un huracán y se lleve, no sólo el símbolo sino a nosotros”. Atención los indiferentes.

Desde que el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía presidido por Escuredo acordase el 15 de diciembre de 1982 considerar al 28F como Día de Andalucía en detrimento del 4D, no hizo falta más que una norma legal lo reconociera (Decreto 149/82, de 15 de diciembre, BOJA 36). Ni siquiera hizo falta una consulta al Parlamento de Andalucía. Ahí se iniciaba una calculada estrategia para desnaturalizar el sujeto político y vivificar una mera descentralización administrativa.

Desde entonces, el discurso oficial ha hecho todo lo posible por descafeinar y esconder, tanto el asesinato nunca aclarado de Manuel José García Caparrós, como la arquitectura parlamentaria que forjó el amplio consenso para solucionar la zancadilla puesta al 28F por el bipartidismo de entonces mediante la Ley de referéndums.

Desde entonces, e incluso antes, han pretendido reconvertir a Blas Infante como nuestro referente histórico para la liberación de Andalucía; casi hasta convertirle un estereotipo paternal y aséptico envuelto en un amor incondicional a esta tierra. Lejos de la traducción política, emancipadora y movilizadora por la que luchó y perdió la vida de manos fascistas.

Hoy que nuestras instituciones padecen la visita de quien no cree en ellas es momento de movilizarse. Ahora, que en nuestros órganos de autogobierno tienen presencia diputados que niegan el capital histórico conquistado en nuestro devenir al autogobierno… salir a la calle es más necesario que nunca. Si el 28F es el Día de Andalucía oficialmente, el 4D debe ser del pueblo andaluz. Una fecha donde nuestros corazones y símbolos transiten para siempre de los despachos a las calles. Una jornada donde nos movilicemos en defensa de nuestros derechos identitarios, cívicos y rescatemos libertades. Solo una ciudadanía con conciencia de clase y pueblo será capaz de parar al fascismo.

Dejen paso los pseudo intelectuales enrocados en su vacuo onanismo mental; apártense siglas, logos y quienes se crean propietarios de la efeméride; superemos las instituciones que ahogan nuestra identidad colectiva; olvidémonos de las entidades culturetas y rancias que manosean los conceptos que dicen defender: un paso al frente ante el involucionismo político y la marginación social afirmando el sujeto político colectivo que es este pueblo y sus irrenunciables conquistas… Si aquellos que invocan la unidad para que los andaluces superen sus problemas no son capaces de sumar esfuerzos un solo día: poca solvencia argumental podrán tener el resto del año.

Es la hora de Andalucía: sobran razones a nuestro alrededor. ¿Quiénes temen al 4d? Que no le falte este día uno la verde y blanca en tu mano y balcón; que no silencien nuestros grito: porque Andalucía existe y en Córdoba nos vemos todos.