El 30 de julio se ha firmado el “Acuerdo para la Reactivación Económica y Social de Andalucía”. Y nuevamente los firmanes han sido los de siempre: Presidente de la Junta, Secretarias Generales de UGT y CC.OO. y Presidente de CEA. Mismos actores y mismas recetas. Probablemente el resultado será el mismo: más papel mojado lleno de frases hechas y meros deseos que nada tienen que ver con la realidad. Basta releer ahora con algo de perspectiva el Acuerdo para la inclusión de cláusulas sociales y ambientales en la contratación de la Junta de Andalucía de 16 de octubre de 2016 (https://andalucia.ccoo.es/18cabab7e80c4d062af39b12f63545f9000057.pdf). Huelga realizar comentario alguno pues su desconexión de la realidad lo dice todo.
Analicemos ahora el nuevo texto del “Acuerdo para la Reactivación Económica y Social de Andalucía”:
- El análisis de la situación
Llama poderosamente la atención que el documento no contenga ni un solo dato en sus antecedentes. No identifica ningún indicador social ni económico ni tampoco manifiesta el marco jurídico donde se inserta o pretende incidir. Carece absolutamente de rigor técnico. Y prueba de ello es que se refiera a Andalucía como “región”, que contenga oraciones mal construidas -sin verbo, por no ir más lejos- o que incluso algún pasaje esté repetido. El texto del acuerdo delata que cualquier contenido es lo de menos y la foto es lo único que importa a los firmantes. Eso sí, tampoco parece que lo oculten.
- Las “ideas-fuerza”
Como novedad, nos encontramos con una afirmación que bien puede resumir las quince páginas del documento y es ésta: “En todo caso, todo lo relativo a la prevención de la salud debe ser objeto de especial promoción y comunicación para reforzar la relación entre la Marca Andalucía y la Seguridad”. Verdaderamente clarificador. Se apuesta fervientemente por cuidar las apariencias, mostrar preocupación por la imagen y supeditar incluso las políticas sanitarias a las posiciones de mercado. Todo sea por el Dios mercado.
- Lo positivo
Aunque muy tarde, el texto reivindica al Gobierno de la Nación la gestión íntegra del Ingreso Mínimo Vital al igual que en otras comunidades. Esto merece una valoración positiva, aunque se haga después de creada la prestación y a remolque de otros. Pero sigan leyendo, que esto no viene solo.
- Los contenidos
Se trata de una apología del “crecimiento económico” mediante el “diálogo social”. Ninguna argumentación se contiene acerca de por qué se parte de que ambas instituciones son tan positivas, sino que se repite hasta la saciedad que es lo que se persigue. Observamos cómo no se contiene ninguna crítica al modelo económico dominante ni el impacto que el mismo tiene en las consecuencias que la población está sufriendo con esta nueva crisis. Mantenimiento del empleo, “Revolución Verde”, colaboración público-privada, seguridad sanitaria y sociolaboral se reiteran en el texto para demostrar que es más de lo mismo. La retórica de siempre se revela como la auténtica protagonista.
- La oportunidad
Se ha firmado en plena “polémica” por las ofertas exprés y discriminatorias que ha lanzado la Junta de Andalucía a fin de contratar personal. Pese a las críticas sobre las convocatorias de 24 horas, por orden de llegada y que excluyen a embarazadas o diabéticos nada ha impedido que se firme este nuevo acuerdo. El texto es clarificador: se acuerda que se va a seguir utilizando ese procedimiento extraordinario de contratación de personal. Y las mismas centrales sindicales que lo han denunciado van y lo firman. Digno de estudio.
- La realidad paralela
De manera simultánea, la propia Junta de Andalucía negocia con la banca y Abengoa cómo inyectarle dinero público. Sin miramientos. Los máximos exponentes del neoliberalismo en la “región” no hacen asco a ningún dinero público. Y es que en vez de constituir un fondo industrial para apoyar a todas las empresas o generar un instrumento de crédito público en el acuerdo, se prefiere que estas negociaciones se sigan haciendo a partir de turbias maniobras y pagándose de forma oscura. Nada nuevo desde el fondo de reptiles.
- Los resultados tangibles: más chiringuitos
El Acuerdo ya avisa de lo que ocurrirá. Podemos resumirlo en dos trazos:
- Se va a reforzar el SERCLA, el mecanismo de “mediación que limita los conflictos en el ámbito laboral” (sic), y cuyo funcionamiento sirve de fuente de financiación estable de los agentes sociales firmantes del propio Acuerdo
- Se van a constituir varios chiringuitos nuevos: Oficina de Acompañamiento Empresarial y Oficina de Economía Circular así como se van a crear varias Mesas de Diálogo más: Mesa Permanente del Plan de Reactivación, Comisión de Seguimiento. Que no falten los chiringuitos después de ningún Acuerdo, que para eso sirven.
En conclusión, nada nuevo bajo este sol. La Junta sigue dando calor a sus fieles organizaciones sindicales y empresariales oficiales. Se reproduce el mismo modelo de gestión socio-económica y se sigue apostando por fórmulas fracasadas. Con este Acuerdo no se mejorará la situación socio-laboral en Andalucía y previsiblemente los próximos meses seguirán siendo testigos de dramas laborales y personales a la vez que el tejido productivo se debilitará aún más. Es la crónica de una caída libre, a la que pretenden aplicar las repetidas recetas desfasadas que nunca dieron buen resultado. La garantía de la posición de los firmantes es lo único que sale reforzado de esta Mesa, donde se van perdiendo hasta las formas. Ojalá nos equivoquemos. Y mucho.