Así, la diferencia entre la participación masculina y la femenina en el trabajo asalariado o empleo en Andalucía es de más de 10 puntos porcentuales. Por el contrario, las mujeres dedican 4 horas y media al día a las tareas del hogar y familiar, dos horas más al día que los hombres.
La asunción de las tareas domésticas genera a las mujeres mayores dificultades para mejorar su situación ante el empleo. En este sentido, la tasa de actividad femenina es 14 puntos inferior (año 2016). Por su parte, la tasa de empleo de las andaluzas fue del 34,73%, frente 48,00% de los hombres (13,27 puntos de diferencia). Y en el último trimestre de 2016, la tasa de desempleo era el 31,38% entre las mujeres frente al 25,70% de los hombres.
Todo lo anterior conlleva una peor calidad en el empleo femenino. Así, las mujeres andaluzas cobran de salario medio anual un 25,68% menos que los hombres (últimos datos 2014). En 2016, las mujeres andaluzas empleadas con jornada a tiempo parcial eran el 27,7% de las mujeres empleadas, frente al 8,9% de los hombres. Por último, la peor calidad del empleo conlleva peores derechos sociales, lo que se observa en que una mujer pensionista recibía en 2016 una media de 651,93 euros, frente a los 979,83 que recibe un varón.