Existen 632 monitores escolares con contratos a tiempo parcial que prestarán servicio este curso, con jornadas de 8, 12, 16 o 20 horas semanales.
Se han convertido en uno de los colectivos más precarios de cuantos se ocupan del funcionamiento de los centros educativos. Es el personal que se encarga, entre otras funciones, de resolver buena parte del papeleo en las secretarías de los colegios, aunque la Junta los califica dentro de la categoría de ‘monitores escolares’, precisamente para disfrazar unas funciones administrativas que, según la relación de puestos de trabajo de la administración, tendrían que ser cubiertas por funcionarios de plantilla.
Según fuentes sindicales, 426 de esos puestos son discontinuos, con contratos de 10 meses al año, lo que significa que durante los meses de verano se van al desempleo, agotando así tiempo de prestación por desempleo y perdiendo retribuciones.
Su precariedad no sólo atenta contra sus derechos sino que, además, se convierte en un inconveniente para los centros, ya que disfrutan de las vacaciones a que tienen derecho en pleno curso escolar, dejando sin el servicio a los colegios.
La de los monitores escolares no es la única reivindicación sindical con la que arranca el curso escolar. Los sindicatos exigen también a la Consejería de Educación la derogación de la normativa que impide que las bajas entre el personal docente sean cubiertas desde el primer día en que se producen.
Según fuentes sindicales, existe el hecho «constatado» de que el periodo mínimo para la cobertura de una baja es de 15 días, lo que obliga a cubrir las ausencias con los recursos propios del centro y provoca la pérdida de horas de aprendizaje a los alumnos, la supresión de apoyos y refuerzos y la imposibilidad de mantener los planes de atención a la diversidad que se exige a los claustros docentes.
Fuente: El Mundo Andalucía.