La Estatua de la Libertad fue lo primero que vio Federico García Lorca, cuando llegó a Nueva York el 29 de junio de 1929, con su mentor Fernando de los Ríos, en el transatlántico Olimpic, gemelo del Titanic.
Esta página utiliza cookies y otras tecnologías para que podamos mejorar su experiencia en nuestros sitios: Más información.