28F: el derecho a decidir nuestro futuro

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Han pasado 44 años, desde el histórico referéndum del 28F. Aquel día, 28 de febrero de 1980, los andaluces votamos mayoritariamente en las urnas por la Autonomía Plena para lograr el reconocimiento como nacionalidad histórica y luchar contra el endémico subdesarrollo andaluz. Sin embargo, el balance no puede ser más negativo. Los centros de decisión política y económica siguen estando fuera de Andalucía.

Dicho de otro modo, los gobiernos autonómicos, antes del PSOE y ahora del PP, funcionan como sucursales de empresas que tienen su sede central en Madrid y sus estrategias parecen diseñadas por los aparatos políticos que residen en la calle Ferraz o en la calle Génova. Además, los dos partidos centralistas son aficionados a los chiringuitos para mantener la fidelidad de sus respectivas redes clientelares, con el fin de perpetuarse en el poder.

Después de cinco presidente socialistas y uno popular, Andalucía sigue liderando el índice de desempleo y 14, de los 20 municipios con menos renta per cápita del Estado, son andaluces. Entre ellos, Barbate, con un paro juvenil del 60 por ciento. Una lacra social que se ha convertido en el caldo de cultivo perfecto para la mafia del narcotráfico.

Y ahora llega Moreno Bonilla que, tras cinco años en el gobierno autonómico, se ha subido el sueldo a 87.000 euros anuales, ha bajado los impuestos a los ricachones y ha recortado el presupuesto a la solidaridad, por poner sólo algunos ejemplos de su política neoliberal. En clave granadina, ha eliminado la Escuela Andaluza de Salud Pública y recortado la financiación del Parque de las Ciencias.

Pero eso no es lo peor. El señorito de San Telmo ha desviado 734 millones de euros a las clinicas privadas, en detrimento del Servicio Andaluz de Salud. Y no le ha bastado con eso. En vez de contratar más personal sanitario, Moreno Bonilla ha entregado otros 280 millones al sector privado, con la excusa de reducir las listas de espera. Según el barómetro sanitario del CIS, con Moreno Bonilla, Andalucía ha vuelto a la cola en atención primaria, en consultas de especialistas y en urgencias hospitalarias.

En materia de educación, el informe PISA dice que los estudiantes andaluces suspenden en Matemáticas y en comprensión lectora. ¿Y que hace Moreno Bonilla? Pues recorta más de 1.000 millones de euros a la enseñanza pública para dárselos a los centros privados, en su mayoría religiosos. Además, firma un convenio con la Fundación Villacisneros, de ideología ultraderechista, para hablar sobre ETA y adoctrinar a nuestros jóvenes en los Institutos andaluces. Y todo ello, sin contar con el profesorado. Por el contrario, se niega a enseñar memoria democrática en los centros escolares, incumpliendo la Ley de Memoria de 2017, que cuenta con gran apoyo social. Las victimas del terrorismo si, pero las víctimas del terror franquista no. Todo un ejemplo de doble moral y falta de respeto al sistema educativo andaluz.

Y en plena crisis agraria, otro despropósito. Todo parece indicar que la Junta de Andalucía venderá a un fondo buitre la finca El Humoso de Marinaleda, municipio sevillano que simboliza la lucha jornalera por la tierra y por la soberanía alimentaria. Así es como Juan Manuel Moreno Bonilla entiende la Reforma Agraria. Sólo le interesa la tierra como negocio especulativo y no para fomentar el cooperativismo y crear empleo.

Moreno Bonilla actúa más como abogado defensor del presidente del PP, Núñez Feijoo, que como presidente de la Junta de Andalucía. Le preocupa más la amnistía catalana que el autogobierno andaluz. Critica al ejecutivo central, pero sólo cuando gobierna el PSOE, y nunca exige más competencias para desarrollar el Estatuto de Autonomía. Sólo se acuerda de Andalucía cuando hay elecciones, con el objetivo de convertir los servicios públicos en lucrativos negocios privados.

El Partido Popular de Moreno Bonilla, como antes hizo el PSOE, ha vaciado de reivindicaciones esta efemérides, convirtiéndola en una fiesta lúdica. Nuestros escolares dibujan la bandera verdiblanca y desayunan con aceite de oliva, pero les ocultan que Blas Infante fue asesinado por defender una Andalucía Libre. Tampoco son informados sobre la importancia del 28F, el día en el que logramos el Estatuto de Autonomía de primera división, con los mismos derechos que Catalunya, Euskadi y Galicia. Como dice la plataforma Andalucia Viva: «Nuestro Pueblo no se autorreconoce como tal, pues ha sido anestesiado por quienes traicionaron el contenido liberador del 4D y del 28F, para conseguir réditos partidistas o personales».

Las Marchas de la Dignidad organizan este año en Granada la manifestación para conmemorar el 28 de Febrero de 1980, aquella jornada histórica en la que el pueblo andaluz ejerció el derecho a decidir su futuro. Es más necesario que nunca salir a la calle, para recuperar el espíritu reivindicativo del 28F, con el lema: «La Andalucía que no se resigna y lucha».