La Jaén vaciada

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El modelo económico andaluz y su evolución temporal tienen una traducción territorial en la provincia de Jaén que queda reflejado en su dinámica demográfica.

Como señala el profesor Manuel Delgado[1] la dinámica de la economía andaluza ha estado tradicionalmente subordinada a las necesidades de otros territorios, los llamados centros de poder, que precisaban para su crecimiento y proceso de acumulación, la apropiación y control de los recursos naturales y de la fuerza de trabajo de Andalucía.

Mientras unos territorios acumulaban, otros se veían desposeídos de sus recursos y de sus gentes. Andalucía desde los años 50 del sigo XX no solo se dedicó a exportar productos primarios, cosa que ya hacía desde casi el principio de la historia económica de nuestro territorio, sino que además sumó la función de exportar personas. Se trataba, y se trata, de una exportación de mano de obra, especialmente jornalera por su procedencia del medio rural interior andaluz, que se vendía en los centros de producción de otros territorios del Estado y europeos como fuerza de trabajo. Una pieza más en la cadena de montaje de la industria capitalista, o más recientemente como mano de obra en el sector servicios.

Incluso dentro de un territorio explotado, en sus recursos y gentes, como es Andalucía, cabe la posibilidad de encontrar territorios que han sufrido especialmente esa explotación. En este contexto se encuentran las áreas del interior andaluz, como la provincia de Jaén, caso que analizamos.

La provincia de Jaén se encuentra en un claro y grave proceso de despoblación. En la provincia vivían 781.228 habitantes en 1950. Setenta años después quedan 631.381 personas, a 1 de enero de 2020, según datos del Padrón Municipal de Habitantes. La provincia ha perdido desde el inicio de la segunda mitad del siglo XX 149.847 personas, en términos relativos un 19,2%. Esto es tanto como el que hubieran desaparecido en su totalidad las poblaciones de Jaén[2] (la más poblada de la provincia)  y Andújar[3] (la tercera ciudad en tamaño demográfico).

Gráfico 1. Evolución de la población. Provincia de Jaén (1900-2020)

Resulta de interés atender a los años finales del siglo XX y lo transcurrido del XXI. Las cifras no solo confirman la pérdida poblacional, sino incluso la aceleración del ritmo de dicho fenómeno, si bien se pueden distinguir dos periodos bien diferenciados, un primer periodo inicial (1996-2010) y otro más reciente (2010-2020).

En el periodo 1996-2010 la población para el conjunto de la provincia aumenta en 33.949 habitantes, esto es 5,3%. En 2010 se alcanzan los 670.761 habitantes, máximo histórico para la provincia. Este periodo hacía recobrar la esperanza de la revitalización poblacional de una provincia que desde los años cincuenta había perdido población de forma continuada, consecuencia del éxodo rural. Sin embargo, a partir de 2010, y coincidiendo con los años más duros de la llamada crisis financiera, la tendencia se revierte, y la provincia giennense vuelve a perder efectivos demográficos.

En la última década (2010-2020) la provincia ha perdido un 5,9% de su población, lo que en cifras absolutas supone una pérdida demográfica de 39.380 habitantes. Este dato supone haber perdido todo lo ganado en los años anteriores. Representa haber perdido una población superior a ciudades tan importantes en la provincia como Andújar o Úbeda, y lo que es más preocupante en tan solo diez años.

El resultado final para el periodo 1996-2020 es un descenso de la población en 5.439 habitantes para el conjunto de la provincia, lo que en términos relativos supone un -0,9%.

Pero cabe preguntarse: ¿dónde se pierde población? ¿La pérdida de población se centra en determinadas comarcas o es algo generalizado?

En los años que van entre 1996 y 2020, setenta y siete de los cien municipios de la provincia han perdido población. Si contamos los últimos diez años (2010-2020) las cifras son incluso peores, pues el número de municipios que han perdido población asciende hasta 94. Por tanto, es raro el caso en el que un pueblo giennense no pierda población. Esta pérdida poblacional es un fenómeno generalizado en la provincia.

Mapa 1. Población (2020) y variación de la población(%) entre 2010 y 2020.

Fuente: elaboración propia a partir de Sistema de Información Multiterriorial de Andalucía, Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía.

Todas las comarcas pierden población entre 1996 y 2020, a excepción del área urbana  de la comarca de Jaén que aumentó su población en un 14,9% entre ambas fechas.  Las mayores pérdidas poblacionales se dan, en términos relativos, en las áreas de montaña, que coincide con las áreas periféricas, como son las comarcas de Sierra de Segura, Condado de Jaén, Sierra de Cazorla y Sierra Mágina. Por lo tanto, se detecta un proceso de concentración de la población en el área urbana de Jaén, en detrimento de las áreas de montaña y del resto de la provincia.

Incluso en el periodo 1996-2010, que es en el que crece la población para el conjunto de la provincia, las comarcas de montaña de Sierra de Segura, Sierra de Cazorla y Sierra Mágina siguen perdiendo población, aunque sea a menor ritmo.

Como ya hemos visto en el periodo 2010-2020 la tendencia a la despoblación se acrecienta y acelera. En la última década todas las comarcas, incluida incluso la única que creció en el periodo anterior (comarca de Jaén), pierden población. Las mayores pérdidas poblacionales se producen nuevamente en la Sierra de Segura, Sierra Mágina, Condado de Jaén y Sierra de Cazorla.

En definitiva, estamos ante una auténtica sangría poblacional, que se ha acelerado especialmente en los últimos diez años. Por territorios este fenómeno afecta incluso a las áreas urbanas, que anteriormente habían ganado población, pero es especialmente problemático en las áreas de montaña que coincide con las comarcas periféricas, donde el proceso de despoblamiento se ve agudizado, por partir de unas posiciones más atrasadas en cuanto a volumen demográfico, y además se produce con mayor ritmo e intensidad. Se tratan de espacios apartados de los principales procesos de crecimiento y acumulación, aunque en ellos se sitúa una parte muy importante del patrimonio natural y cultural. Son territorios abandonados, olvidados salvo para los que un día se tuvieron que ir de sus pueblos,  y víctimas de las políticas de desarrollo territorial neoliberal y de la economía extractiva que enriquecía a otros territorios mientras desposeía a una provincia entera. Por quitarles le quitaron hasta sus gentes, miles se vieron obligados a salir de sus pueblos, conformando lo que podríamos llamar los territorios de la cartografía del vacío o del olvido.

Autoría: Jose Manuel Betanzos. Geógrafo. Autonomía Sur Cooperativa.

[1] Autonomía Sur (2017). Informe Sur 3. Las economías territoriales andaluzas.

[2] 112.757 habitantes en 2020

[3] 36.615 habitantes en 2020