I. El Acontecimiento
Con este nombre1, Slavoj Žižek, pensador y psicoanalista esloveno, describe un acontecimiento como algo que parece irrumpir de repente e interrumpe el curso normal de las cosas, “surge aparentemente de la nada, sin causas discernibles, una apariencia que tiene como base nada sólido… el efecto que parece exceder sus causas». El acontecimiento relampaguea en un instante de la historia y produce “una ruptura con el pasado: nada siguió igual después de que entraran en escena”.
En este sentido, ¿podría considerarse el 4 de diciembre de 1977 el Acontecimiento contemporáneo de Andalucía?
En palabras del filósofo esloveno, “son los acontecimientos los encargados de cambiar los paradigmas sobre los que se cimienta una época”, es esa aparición inesperada de algo nuevo que permite redefinir el horizonte de significación y el modo cómo percibimos el mundo y cómo nos percibimos a nosotros/as. Dice la traductora de El Acontecimiento, Raquel Vicedo: “Un acontecimiento no sólo reconfigura el presente y habilita un futuro impensable sin él, sino que redimensiona y articula el pasado que lo precede para que este pasado pueda abrazarlo, encajarlo, explicarlo”.
Sin duda, el 4D constituyó una movilización de las grandes mayorías andaluzas con un claro mensaje de impugnación del régimen de dominación que mantenía despreciadas y sometidas la cultura y la capacidad política de Andalucía, un estruendoso reclamo de voz propia, una exhibición de voluntad política para decidir sobre el destino propio. ¿Representó, entonces, el Acontecimiento de conciencia y capacidad como “seres parlantes” (Rancière)?
Otro filósofo, en este caso francés, Alain Badiou, lo explicaría así: “un verdadero acontecimiento surge del vacío de la situación… el acontecimiento es lo imprevisible, lo que no puede de ninguna manera insertarse o derivarse de un orden ya existente… Es una singularidad que altera fundamentalmente el significado de la situación dada y de todas las que la siguen.”2 Inicialmente, constituye una irrupción en un estado de cosas, algo que rompe con lo anterior; pero posteriormente, quizás genera un nuevo universo simbólico para a continuación, incluso, hacer posible efectos performativos (transformadores).
Lo cierto es que el 4D, incluso en su expresión relampagueante, quedó grabado en la memoria colectiva como laboratorio histórico de la conciencia de identidad propia y como un motivo de orgullo, agencia, autoestima y dignidad.
II. La resignificación del 4D en dos tiempos
Primer tiempo.
En los años siguientes al 4D, el PSOE llevó a cabo lo que el teórico cultural Stuart Hall, refiriéndose al proyecto thatcherista, llamó “modernización regresiva” o reaccionaria. Con relación a Andalucía, se trató de actualizar y reorganizar la inserción orgánica (modernización) como espacio dominado (regresivo) en el armazón jurídico-político español y europeo para el desarrollo del régimen de acumulación neoliberal (capitalismo tardío). El neoliberalismo “progresista” redujo las aspiraciones democráticas del andalucismo a caparazón de quitina en el que el gradiente de (sub)desarrollo se explicaba como tendencia y etapa hacia el desarrollo en el marco (lírico) de la España de las autonomías y del europeísmo (etiqueta esta última de la intelligentsia oficial con la que se nombra la arquitectura neoliberal de la UE). La nueva hegemonía forjada por el PSOE perseguirá el favor de la gente común con fondos europeos (a cambio de desmantelamientos productivos) y cloroformizará la carga simbólica del 4D, transferida como aspiraciones “autonomistas” al 28F. La travesía de aquellas casi 4 décadas es conocida, reafirmando, finalmente, el anclaje estructural de Andalucía como Sur político, zona de sacrificio, monocultivos, desindustrialización, militarización del territorio, pobreza infantil, tasas de desempleo, precarización, degradación ambiental…
Segundo tiempo.
El 8 de noviembre pasado, el presidente andaluz Moreno Bonilla escribía en twitter: “Me comprometí y hoy hemos aprobado el decreto: declaramos el 4 de diciembre como #DíadelaBanderadeAndalucía. El #4D fue un hito histórico. Conmemoremos juntos la defensa del pueblo andaluz de una autonomía plena. Creo en un andalucismo inclusivo y transversal.” Se había comprometido en un acto con Alejandro Rojas-Marcos en que se presentaba el libro ‘Por un poder andaluz’ obra del historiador José Luis de Villar. En el acto, Moreno Bonilla afirmó: “Desde la transversalidad podemos construir un poder andaluz y hacerlo desde las instituciones”. En continuidad con la lógica taxidermista del PSOE andaluz, el gesto de Moreno Bonilla, en congruencia además con el campo político del que procede, apostaría por culminar la operación de vaciado ampliando la batalla hacia la resignificación del 4D mediante la sinécdoque de designar la parte (la bandera, lo gubernamental) por el todo (la movilización colectiva y la voluntad constituyente). En la sociedad de imágenes (G. Debord), la estetización del andalucismo, como su esencialización, es una de las operaciones para construir objetos políticos de museo.
III. El 4D como instrumento de lectura de la refracción política
Todo indica, por tanto, que este año representará una nueva y planificada vuelta de tuerca en la apropiación y resignificación sentimental, despolitizada e institucional del 4D. Por ello, alternativa y contrahegemónicamente, es necesaria una lectura que rescate y recargue simbólica y políticamente al 4D como herramienta pedagógica. La lógica política que planteó el 4D es el instrumento diagnóstico para comprender los cambios en la forma y fondo de la propagación que tienen las políticas y los problemas cuando descienden a través de Despeñaperros.
La refracción es el fenómeno que observamos en un rayo luminoso cuando incide oblicuamente sobre el agua, por ejemplo, y cambia de dirección y velocidad. La detumescencia y el vaciamiento político y simbólico del 4D refuerzan la refracción política, es decir, las desviaciones, los gradientes sociales, el tipo de contenidos y los objetivos y efectos concretos de los diktats que descienden desde Bruselas pasando por Madrid. El índice de refracción política, cuando el marco neoliberal y el nacionalismo español se hacen efectivos en Andalucía, puede ser leído, bien con el dispositivo óptico y simbólico que sería el 4D o, por el contrario, bajo el prisma “autonomista” (y su narrativa de diferenciales heredados pero en proceso de superación en una curva ascendente hacia la “igualdad territorial” mediante políticas modernizadoras y “transversales”)
En una política enclaustrada en el presente (there is not alternative), el valor de la memoria histórica del 4D debe adquirir ese potencial emancipador: no tanto en su conmemoración como antecedente integrado en un poder constituido, como en su utilidad para interpretar la refracción del Norte en el Sur político y en su capacidad de inspiración prospectiva hacia un futuro constituyente, distinto, políticamente descolonizado.
Acabaremos con palabras de Alain Badiou: «Hoy, lo más importante es la fidelidad: en un punto, aunque sea en uno solo, hay que tratar de no ceder. Y para no ceder debemos ser fieles a lo que pasó, al acontecimiento.”
1Acontecimiento, Slavoj Zizek. Sexto Piso, 2014
2https://www.aesthethika.org/Acontecimiento-y-deseo. Volumen 3 | Número 1 Marzo 2007 | Marzo 2007 – Agosto 2007. Fecha de publicación: 16 Marzo 2997