Al calorcito del 15 M, y tras varias experiencias modestas, el 11 de diciembre de 2011 abre sus puertas la Tejedora – Mercao Social de Córdoba. Un espacio mestizo que pone en el centro la economía social transformadora, que se configura como un espacio cultural, político y social de encuentro de colectivos y personas en la ciudad de Córdoba. Un lugar que ha mutado y madurado a lo largo de estos 10 años.
La Tejedora ha sido principalmente una escuela, una escuela de autogestión, de democracia en su sentido más amplio, la que interviene de lleno en la economía poniéndola al servicio de las necesidades de la gente. Como dice mi amigo Óscar, no le dejemos la economía al enemigo. Y por eso hemos apostado por Coop57 y Som Energía, y por eso hemos apoyado cooperativas y redes, y por eso hemos sido impuros y pragmáticos y nos hemos arrejuntado con proyectos de todo tipo. Porque queremos acercarlos a la radicalidad que supone la democratización de la economía. Y en nuestra pequeña aldea gala repartimos el poco empleo precario que generamos, y desaprendemos a ser asalariadxs para convertirnos en dueños de nuestra fuerza de trabajo. Por eso gritamos Renta Básica ya, porque no creemos en la centralidad del empleo.
Qué necesario es el mientras tanto que brindan los Centros Sociales y el Cooperativismo que nos permite dibujar espacios de libertad y experimentación. La Teje es híbrido de ambos, que probablemente no invente nada, pero que sí crea muchas cosas y permite la politización de las personas. Nos permiten pensar las pasiones alegres. Es más fácil que las personas se acerquen a La Tejedora que a la sede de un sindicato o un partido político. Como dirían las Zapatistas, nunca hemos tenido vocación de vanguardia más bien de retaguardia. Y hemos intervenido políticamente, y hemos montado piquetes en la huelga general, y nos hemos cagado en el Black Friday o en la Shopping Night, y hemos apoyado las ocupaciones de tierras como en Somonte y, por supuesto, hemos hecho huelga los 8 de marzo. Los feminismos nos golpearon de lleno y pasamos de ser un colectivo gestionado por hombres a serlo mayoritariamente por mujeres, y los movimientos feministas se apropiaron de él, y las actividades se multiplicaron, y la librería se tiñó de lila, y nos visitaron la pikaras, Irantzu, los cafés feministas, los talleres de autodefensa.
En 10 años pasan muchas cosas. El pensamiento crítico ha tenido un espacio preferente a través de los libros, la música y el cine. Hemos visto a Rozalén tocar en su sótano, y a Juan Pinilla cantándole a los flamencos republicanos. Ciclos de cine, club de lectura y un sinfín de presentaciones y lecturas de poesía que han convertido a La Teje en un espacio de referencia en la ciudad. Desde autoras consagradas como Belén Gopegui o Carlos Bardem a múltiples libros autoeditados porque aquí no sobra nadie, ¡carajo!
Autónomos e independientes pero sin renunciar a contaminar las instituciones y utilizarlas siempre que nos ha sido posible, pragmáticos en nuestras relaciones pero nunca dependientes ni cooptados por instituciones u organizaciones. Esta autonomía es la que nos dan las más de 350 personas socias y más de 20 militantes que dedican su tiempo a consolidar y a pensar en el futuro. En 10 años muchas ya somos familia, algunas se nos fueron dolorosamente y sabemos que muchas más están por venir. Mientras tanto seguimos como buenas Tejedoras uniendo hilos para seguir creando.
Autoría: Javi Bajo. Militante cooperativista en La Tejedora y en Transformando.