El Profesor D. Manuel Ruiz Romero publicó en el año 2002 un profundo y cálido artículo sobre el sacerdote salesiano José M.ª de los Santos (1), en el que nos ofrecía su biografía, actividad docente, su compromiso cristiano y, al mismo tiempo, su compromiso político de militante del Andalucismo histórico, que le convertiría en uno de los ideólogos del Partido Socialista de Andalucía.
Con el presente artículo, al mismo tiempo que rememoro el trigésimo aniversario de la muerte de José M.ª de los Santos, al que conocí y traté personalmente, deseo completar, si cabe, la semblanza que hace de él D. Manuel Ruiz, dando a conocer su pensamiento sobre el Andalucismo desde la óptica de la Teología de la Liberación (TL), expresado en diversas revistas cristianas (2), de las que era también asiduo colaborador.
¿Qué camino debe recorrer Andalucía para obtener su plena Autonomía? Jose M.ª, no estudia los procedimientos o caminos jurídicos para conseguirla, sino que trata de profundizar en la situación histórico-sociológica que ha vivido y vive aún el pueblo andaluz, buscando ahí el modo de llegar a ella. Y esto lo hizo sus obras que analiza D. Manuel Ruiz en su artículo, tanto propias: «Andalucía en la revolución nacionalista» (1979); «Sociedad tecnocrática» (1985); «Sociología de la Transición andaluza» (1991); como junto con otros autores, particularmente: «La Constitución de Andalucía de 1883» (1978); «Manifiesto andalucista de Córdoba de 1919» (1979); «La Tierra. Proyecto económico del Andalucismo Histórico, 1868-1931» (1980). Pero también lo hizo en los artículos de las revistas cristianas, bajo la óptica de la TL, a que hemos hecho referencia arriba.
En las reuniones celebradas por las Comunidades Cristinas Populares de Sevilla en el año 1979 circuló un pequeño estudio mecanografiado, titulado «Opresión y Liberación en Andalucía», cuyo autor era nuestro compañero José M.ª que, por entonces, vivía con otros compañeros salesianos en la calle Pintor Rosales del barrio Nervión de Sevilla, tras ser expulsados como profesores del Seminario salesiano de Sanlúcar la Mayor (1960) y posteriormente en 1976, del Centro de Estudios Teológicos de Sevilla, por presiones de sus superiores (3). En este estudio, junto a la característica sociológica de ser “Cristiano”, une la de pertenecer al “Pueblo andaluz”: «Somos cristianos y andaluces (afirma). Nuestra fe en Jesús de Nazaret y nuestra pertenencia al pueblo de Andalucía van unidas”. Por eso es necesario profundizar en estas dos realidades: Andalucía y el Cristianismo, para descubrir cada vez mejor nuestra forma de ser cristianos dentro del pueblo al que pertenecemos. José M.ª extraerá del estudio de estas dos circunstancias sociológicas profundas enseñanzas, tanto en lo civil como en lo religioso.
En su análisis parte de la la situación de Opresión que observa en Andalucía. Esto lo expondrá ampliamente en su obra: «Andalucía en la revolución nacionalista» (Granada, Aljibe, 1979) y que sintetiza en el estudio a que nos referimos, donde analiza las cuatro opresiones que padece Andalucía: la opresión económica, por el paro, la emigración etc.; la opresión política, por su dependencia siempre de las decisiones del poder central; la opresión cultural, porque aunque los andaluces son cultos, les falta instrucción, abunda el analfabetismo, la cualificación profesional etc. Y la opresión religiosa.
En el articulo «La Autonomía andaluza: papel de la Iglesia» (4) es donde hace José M.ª un análisis más sociológico y menos descriptivo de esta Opresión. Se caracteriza ésta como una forma de dependencia, que el capitalismo opera en diversos niveles. En el ámbito internacional se da dicha dependencia con la división entre países desarrollados y subdesarrollados; en el estatal con la división en clases y la dependencia de unas regiones respecto a otras, de las regiones de la periferia respecto del centro y en el urbano, con la división entre el centro y los suburbios. Pues bien, en esta división general del trabajo, Andalucía padece “la praxis del colonialismo interior”, es decir, se le ha asignado las funciones de “colonia interior”, proporcionando a otras áreas del Estado materias primas, mano de obra y capital. “La situación colonial de Andalucía -dice- hace que su economía se encuentre desarticulada y dominada… La razón de esta situación se encuentra en la dependencia que padece Andalucía, es decir, en el hecho de que las decisiones que se toman sobre Andalucía se hacen fuera de sus fronteras naturales y al margen de los intereses de la región” (Ibid. 1981:24 (344).
En Andalucía se da también una opresión religiosa, que completa esa dependencia no solo de un centro ajeno político-económico, sino también de una centralidad eclesial que, por una parte, sigue atada al poder central (franquismo) y vinculada a las grandes familias oligárquicas de Andalucía, de las que mendiga el dinero para sus obras asistenciales, olvidando todo lo que las clases dominantes deben en justicia al pueblo. Y, por otra, promueve y mantiene una religiosidad pietista de manifestaciones de culto y sacramentos y externa de romerías, procesiones, novenas. Religiosidad, que aunque se reconozcan sus valores tradicionales culturales, es ajena a lo que Jesús criticó y se opuso a la religiosidad ritual, formal y solo cultual de su tiempo, proclamando que el culto a Dios es vano e hipócrita a no ser que nos preocupemos por hacer desaparecer los sufrimientos, la pobreza y las carencias de nuestros semejantes.
Pero ¿cómo podrá Andalucía alcanzar su liberación? Liberación significa lo contrario de opresión. Si opresión es impedir que se pueda vivir de verdad, liberar quiere decir crear condiciones de vida, hacer que se pueda vivir. Ante todo creando las condiciones económicas favorables para todos: trabajo, vivienda, sanidad, educación… Favoreciendo igualmente la iniciativa, la laboriosidad, la solidaridad, la esperanza, la alegría y la fiesta, tan propia del pueblo andaluz. Y, al mismo tiempo, fomentando las condiciones de una participación civil y política, haciendo desaparecer el “colonialismo político” (Opresión y Liberación en Andalucía, 5). Es decir, tomando conciencia nacionalista que, si bien tiene sus orígenes históricos en el republicanismo federal, cuya primera formulación se debió a Blas Infante “padre de la patria andaluza”, hoy es más necesario que nunca despertarla. Y ciertamente para ello no bastará con superar en Andalucía la opresión económica, cultural y política, sino que será necesario también desterrar la opresión religiosa.
¿Quién podrá realizar esa función de liberación religiosa? José Mª acude a Jesús de Nazaret, quien proclamó en su tiempo que vino “para anunciar la libertad a los cautivos” (Lc4,18) y además enseñó, criticó y se opuso a la religiosidad ritual, formal y solo cultural de su tiempo. Y, sobre todo, siempre estuvo al lado de los pobres, enfermos, pecadores, marginados y se mostró enérgico contra todos los que oprimían a sus hermanos, fueran jefes políticos o religiosos, por eso lo mataron. La TL a la que se ciñe José Mª, siempre sostuvo que no habrá que olvidar la vida interior de meditación, oración y culto, pero que no se ama a Dios a no ser que nos preocupemos por hacer desaparecer los sufrimientos, la pobreza y las carencias de nuestros hermanos.
Ahora bien, según José Mª: “la Iglesia Organización o jerárquica no ha contribuido mínimamente al despertar del andalucismo en ninguna de sus etapas históricas” (Ibid 27(347). La Jerarquía eclesiástica siempre estuvo vinculada al poder central (Restauración Franquismo) y vinculada también a las grandes familias oligárquicas de Andalucía. Realizaba así una función de “opio del pueblo”, fomentando una religiosidad pietista e individualista, pasiva y de sumisión, en vez de una religiosidad responsable, crítica y auténticamente liberadora. Por lo que “habrá que catalogar a la Iglesia Organización como parte integrante del aparato superestructural al servicio del los intereses de la oligarquía dominante” (Ibid). Por lo mismo, la Iglesia jerárquica, en general, estará lejos de cumplir esa función liberadora de la opresión religiosa. Pero ¿quién podrá hacer entonces esa función?
Según José Mª de los Santos esta función la debe realizar “la Iglesia popular andaluza”. ¿Qué es esa Iglesia popular andaluza y quiénes son lo que la integran? José M.ª es el primero que, a mi entender, acuña esta expresión, denominando así a una parte de los cristianos católicos que vivimos en Andalucía, desarrollando este modelo de Iglesia en varios artículos (5).
José Mª recoge lo expuesto en el Proyecto de Bases comunes de las Comunidades Cristianas, aprobado en mayo de 1974 por numerosos grupos de las CCB (6) y en el que se denomina como Iglesia Popular a los “grupos cristianos pertenecientes a las clases que hoy componen el pueblo oprimido o que ha hecho una opción por esas clases”, distintos “de la Iglesia en España, a nivel institucional y de un gran sector de cristianos, que sigue identificada en gran medida con los opresores” y ello “sin romper con la Iglesia española, globalmente considerada, (sino) desde dentro de ella, en la Iglesia universal” (7). Partiendo José M.ª de esta base, denomina como Iglesia Popular andaluza (IPA), a una “Iglesia desde Andalucía y para Andalucía, donde la base popular sea protagonista de su vocación cristiana y no meros espectadores de cultos y ritos que no entiende… una Iglesia sencilla, pobre, cercana, libre, popular, inserta en las preocupaciones y problemas de la gente… en donde nuestra identidad se nutra de su doble pertenencia o fidelidad: como cristianos y como andaluces” (La Autonomía andaluza, 32(352)-33(353). Por lo que, “ha de entenderse por “Iglesia Popular” andaluza las manifestaciones de praxis religiosa del pueblo andaluz, dentro y fuera de las fronteras de la Iglesia institucional” (Iglesia popular: Sociología de la Iglesia popular andaluza, 11).
¿Cuáles serán los objetivos de esta IPA? Su primer cometido, nos dice José Mª, es identificarse con “la lucha contra la pobreza, el subdesarrollo, la marginación, lucha por la liberación del pueblo andaluz oprimido”. De aquí la necesidad de estar presente y trabajar el cristiano en las organizaciones de base, dando la cara en los sitios donde el andaluz lucha día a día por la solución de sus problemas. No obstante, nos advierte que “lo característico de la IPA no debe estar solo en la lucha por los marginados, porque en mayor o menor grado los hay en todos lo lugares, sino que debe recoger todas las características propias del pueblo andaluz, en su forma de ser y expresarse” (Por una Iglesia popular andaluza, p.8). De ahí que se imponga elaborar, desde Andalucía y para Andalucía, una teología enraizada en nuestro pueblo que integre las creencias y tradiciones culturales en el mensaje liberador del Evangelio, lo que sería hacer una Teología de la liberación andaluza. José Mª expuso diversas claves de esta teología: la convocatoria (ecclesía) en sentido bíblico de ser convocados y constituidos en pueblo andaluz. La liberación, en segundo lugar, necesitando la Andalucía subdesarrollada y marginada vivir su “Éxodo” y caminar como el pueblo de Israel por el desierto de su historia en pos de su liberación integral. Finalmente, un pueblo convocado para su liberación, necesita poseer un amplio horizonte de esperanza (La Autonomía andaluza, 34 (354).
Bella tarea que José Mª no tuvo tiempo de desarrollar y que nos deja a nosotros en herencia.
Autoría: Antonio Moreno de la Fuente. Miembro de las Comunidades Cristinas Populares de Sevilla.
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Notas:
1) RUIZ ROMERO, Manuel., José Mª de los Santos López (1935-1990): testimonio y mensaje en favor de un compromiso social cristiano. En Actas del III Congreso Católicos y Vida Pública, Tomo III, Madrid, Fundación San Pablo CEU, 2002, pp. 701-716. Disponible en: https://www.academia.edu/23523344/Jos
%C3%A9_Ma_de_los_Santos_L%C3%B3pez_1935_1990_testimonio_y_mensaje_en_favor_de_un_
compromiso_social_cristiano_ (Consulta 10-11-2020).
2) Además del artículo citado por RUIZ ROMERO, Manuel. Ob.cit. p.1, nota 2: SANTOS, Jose M.ª de los . La Autonomía Andaluza: Papel de la Iglesia. En: Misión Abierta, nº 3, junio 1981, pp.342-354, añado: ID. Opresión y Liberación en Andalucía. Trabajo mecanografiado, 1979; ID. Por una Iglesia popular andaluza. En Comunidades Cristianas de Andalucía, nº 5. Enero-febrero 1980: 8. ID. Iglesia Popular: Sociología de la Iglesia popular andaluza. En Comunidades Cristianas de Andalucía. n.º 7, Mayo-Junio 1980, p.11.
3) Noticias comunicadas por sus compañeros Carlos Escudero y Samuel Camba.
4) Citado en nota 2, y del que cito la separata editada por Comunidades Cristianas Populares de Sevilla, 1982.
5) Ante todo en La autonomía andaluza: papel de la Iglesia, pp.28(348)-34 (354) y también en los otros artículos citados en la nota n.º 2: Por una Iglesia popular andaluza e Iglesia Popular: Sociología de la Iglesia popular andaluza.
6) Véase MORENO DE LA FUENTE, Antonio;AGUILAR MONTERO, Luis Ángel. Relanzamiento de las Comunidades Cristianas Populares: Una alternativa para vivir la fe. Albacete, Coordinadora estatal de Comunidades Cristianas Populares, 2013, p.61. Dicho Proyecto se elaboró en1973 y se aprobó por un numerosos grupo de Comunidades Cristianas de Base, integrantes del movimiento de Iglesia Popular, que cambiaron el apelativo de Base por Populares.
7) Ibid. p. 61, nn.3-4.