Sobre la muerte y la mentira

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Esta es una recopilación de mis publicaciones en Facebook desde el 7 de octubre, día del ataque de Hamas a Israel y del inicio de la brutal represalia de Israel contra la población civil de la Franja de Gaza. Han sido días de horror, de impotencia, de rabia, pero también de pensamiento.

7 de octubre de 2023

Un buen día para recuperar esta profecía:

“E incluso si los judíos ganaran la guerra, su final encontraría destruidas las posibilidades únicas y los logros únicos del sionismo en Palestina. La tierra que nacería sería algo muy distinto del sueño del judaísmo mundial, sionista y no sionista. Los judíos «victoriosos» vivirían rodeados de una población árabe totalmente hostil, recluidos en fronteras siempre amenazadas, absorbidos por la autodefensa física hasta un punto que sumergiría todos los demás intereses y actividades. El crecimiento de una cultura judía dejaría de ser la preocupación de todo el pueblo; los experimentos sociales tendrían que descartarse como lujos poco prácticos; el pensamiento político se centraría en la estrategia militar…. Y todo esto sería el destino de una nación que -sin importar cuántos inmigrantes pudiera absorber y hasta dónde extendiera sus fronteras (toda Palestina y Transjordania es la insensata exigencia revisionista)- seguiría siendo un pueblo muy pequeño, superado ampliamente en número por vecinos hostiles.

En tales circunstancias… los judíos palestinos degenerarían en una de esas pequeñas tribus guerreras sobre cuyas posibilidades e importancia nos ha informado ampliamente la historia desde los tiempos de Esparta.” (Hannah Arendt, 1948)

8 de octubre de 2023

Hay escenas de júbilo y celebración por el ataque de Hamás a Israel en todo el mundo musulmán. Condenarlas sin más es la forma más rápida de no entender nada. Lo verdaderamente extraordinario no es este ataque militar («terrorismo» es una palabra que no quiere decir absolutamente nada, es sólo el eructo del soberano de turno, y no es serio seguir analizando cualquier conflicto desde una perspectiva «antiterrorista»), sino que no hubiese sucedido antes, muchas veces antes. La vida en Gaza era y es insoportable. Al igual que en el resto de las pocas reservas indígenas que los israelíes han concedido a los árabes palestinos en su tierra nativa. En este genocidio en diferido, como planteaba Deleuze hace 40 años, Israel es sólo un aprendiz del proceso de formación de los Estados Unidos. Los países «occidentales» (el eufemismo propagandístico con el que se autodenominan los cristianos blancos) necesitan de la labor mercenaria del Estado de Israel, que es la mayor base militar americana del mundo y la encargada de «pacificar» una zona crucial para el aprovisionamiento de la energía que mueve la economía europea. Por esa razón, esos países, los nuestros, llevan, o mejor, llevamos (pues todos estamos implicados) décadas y más décadas apoyando la barbarie colonialista de Israel.

Detesto las lágrimas de cocodrilo de nuestros hombres y mujeres de Estado. Su hipocresía merece nuestra repulsa. Son los responsables directos del dolor, del luto, de la ignominia. Seguirán, seguiremos, sin exigir al Estado de Israel que acate inmediatamente las resoluciones de la ONU para poder empezar a transitar una convivencia pacífica entre pueblos. Me temo, de todos modos, que nada cambiará. Más aún, me temo que la situación internacional precipitará. Estamos asistiendo a otro espasmo del colapso psíquico de un mundo que ya no puede más. Que ya no sabe salir de la trampa mortal que se ha construido en nombre del progreso. La mentira nos está explotando en la cara.

9 de octubre de 2023

No sólo Netanyahu. Ojalá fuese sólo Netanyahu. Es más de medio siglo de ocupación colonial, es decir, de barbarie cotidiana, de embrutecimiento, de desesperación, de hipocresía repugnante, de normalización de la crueldad. Masacrar a centenares de personas indefensas, como han hecho los milicianos de Hamás, es un horror indefendible. Lo más escalofriante, no obstante, es que no es difícil entender cómo se ha llegado hasta aquí y la responsabilidad directa de nuestros países. Exijamos un alto el fuego, reclamemos el cumplimiento de las resoluciones de la ONU, paremos la rueda de la catástrofe. Y que vivan todos esos israelíes que se resisten a ser cómplices de la ocupación y todos esos palestinos que se resisten a los cantos siniestros del martirio. Que vivan.

9 de octubre de 2023

En Gaza viven un millón de niños.

10 de octubre de 2023

Ok. Aceptemos terrorismo. Una palabra que cada vez tiene menos significado, pero aceptemos esa palabra que nos lanzan los autodenominados «liberales occidentales». Juguemos, pues, a su juego. El terrorismo es un crimen, un crimen horrible, nos dicen. Bien, a los criminales se les persigue y se les juzga con las debidas garantías procesales. No se bombardean ciudades ni se hacen bloqueos indiscriminados que afectan las vidas de la población civil. Así que, si bien Hamás sería una organización terrorista, debemos concluir que la respuesta de Israel no es, en ningún sentido, la respuesta de un Estado democrático de derecho, sino que, más bien, constituye la venganza de otra organización criminal.

11 de octubre de 2023

Gente que cree que el conflicto entre Israel y Palestina se va a resolver condenando muy fuerte a Hamás. Esa gente que no tiene ninguna intención de hablar de las causas o del contexto de ese conflicto. Esa gente que confunde sistemáticamente la política con el moralismo. Esa gente que yo ya no sé si es idiota o si es perversa.

11 de octubre de 2023

Qué doloroso es escuchar a un político judío describir a otro pueblo como animales. Para mí es terrible porque prácticamente debo mi formación intelectual a pensadores judíos. Me consuela pensar que esos autores estarían horrorizados con lo que está pasando.

13 de octubre de 2023

El adjetivo «judeo-cristiano» se usa como propaganda. Sirve para hacernos olvidar siglos de persecución, humillación y exterminio del pueblo judío por parte de las diferentes confesiones cristianas. Amigos judíos: más os valdría desconfiar de esos «occidentales» que defienden la política colonialista de Israel invocando unos supuestos valores «judeo-cristianos». Defienden esa «patria judía» porque, en realidad, no os quieren entre ellos.

15 de octubre de 2023

El Estado de Israel, desde su fundación, no está haciendo algo muy distinto de lo que han hecho muchos otros Estados antes: expandir su territorio a partir de un mito nacional, étnico o religioso. Lo que nos sobrecoge es que lo esté haciendo en nuestra época, que vemos como laica y secularizada, una mentira que nos contamos una y otra vez, porque la gran mayoría de los modernos no acepta la raíz teológica de cualquier Estado: una entidad transcendente, y por ello burocratizada, que se sobrepone a sociedades compuestas por una multiplicidad de diferencias. La religión, como necesidad de la imaginación humana, ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. El problema no es, por tanto, la religión (tan humana, demasiado humana), sino su reducción a teología, que siempre es teología política, es decir, una política de administrar la muerte.

16 de octubre de 2023

Hay un pueblo que vive disperso por el mundo desde hace milenios. Un pueblo que nunca ha dicho «esta tierra es mía» y que, por esta razón, nunca ha hecho una guerra con otro pueblo. Un pueblo que, además, ha planteado una resistencia estratégica contra la sumisión al trabajo asalariado. Por eso mismo, lleva también siglos siendo catalogado por los modernos como un pueblo bárbaro y atrasado, acusado de no querer «integrarse». Ha sufrido persecución, humillación institucional y un intento de exterminio por parte del nazismo. Hablo, por supuesto, de los gitanos.

Cualquier día

Siempre de la parte de los David que se enfrentan a los Goliat de este mundo.

#PalestinaLibre