Trabajos deseables y autogestionados para todas las personas

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Con motivo del Primero de Mayo, la red de la Economía Social Transformadora Olatukoop ha reflexionado sobre la naturaleza y el sentido del trabajo, proponiendo el desarrollo de trabajos autogestionados y deseables para todas las personas como medio para transformar nuestras vidas y nuestra sociedad. En este sentido, el escrito es también un adelanto de una propuesta más desarrollada que pronto verá la luz en forma de libro.

«Todo el poder al trabajo vivo. Todo el trabajo al trabajo muerto.» A/Traverso

En este Primero de Mayo hacemos un llamamiento a seguir construyendo un nuevo mundo desde el día a día, desde nuestros trabajos y vidas cotidianas. Sabemos que el Primero de Mayo ha sido un día importante de avance para las personas trabajadoras, pero viendo que se están dando pasos hacia atrás en el contexto global, a través del retroceso reaccionario de los derechos sociales y políticos y con una precarización constante de las condiciones materiales, a las personas que trabajamos en el cooperativismo y en la economía social transformadora nos toca reafirmarnos en los avances realizados en el camino. Como hemos dicho, en los momentos de agudización de la crisis sistémica que provocó la creación de la red Olatukoop, no hay término medio, porque el futuro no será como el pasado. Sin embargo, podemos influir colectivamente en la dirección de los pasos a dar.

Proponemos organizar la economía y el trabajo para la vida. Para satisfacer las necesidades básicas, pero también para desarrollar y llevar a cabo los objetivos que deseamos, dando sentido al trabajo y repartiendo equitativamente la riqueza material y la abundancia generada. Cada uno según su capacidad, cada uno según sus necesidades, necesitamos un modelo económico que tenga como base una propuesta transformadora. Una sociedad que no es capaz de cuidar a las personas trabajadoras no tiene futuro, y el modelo capitalista de trabajo asalariado nos enseña que es un modelo que más que cuidar en el día a día, explota, agota y quita sentido a nuestras vidas. Por eso queremos traer el sentido del trabajo a la base, y queremos trabajar vías para hacerlo deseable desde la perspectiva de la soberanía del trabajo.

El camino pasa por salir de las definiciones hegemónicas del propio trabajo y hacer nuevas propuestas colectivas. Las personas y colectivos de Olatukoop entendemos que el trabajo responde a nuestros proyectos de vida y que a través del trabajo cumplimos con nuestras necesidades y deseos, poniendo el trabajo productivo y reproductivo más allá de esta diferenciación, poniendo en el centro prácticas que inciden positivamente en que nuestras vidas sean vivibles, y así, en el día a día, trabajamos por una economía social, transformadora, cooperativa, (trans)feminista, euskaldun, antiracista y decolonial. Por tanto, el trabajo es una acción económica y social cotidiana que acompaña a la vida, que forma parte de la naturaleza humana, y que es mucho más que el trabajo asalariado o el empleo, en contra de lo que nos han impuesto en la sociedad capitalista actual.

En Olatukoop trabajamos de forma soberana para poner la economía al servicio de nuestras vidas, es decir, las principales decisiones en torno al trabajo las tomamos las personas trabajadoras. Interiorizamos una visión integral del trabajo y desde la auogestión y las relaciones no capitalistas creamos, gestionamos y reproducimos un trabajo digno y colectivo. Nuestro objetivo es gestionar colectivamente la propiedad, el control de los medios de producción y de los procesos de toma de decisiones, con criterios de participación integral, democracia económica, igualdad, justicia social y sostenibilidad económica. Para ello, la información transparente, el reparto justo de resultados, y las prácticas de igualdad están en nuestras bases, promoviendo mecanismos de solidaridad tanto entre las personass del proyecto como entre los de la comunidad.

Proponemos desarrollar y ampliar la soberanía del trabajo, para trabajar más en lo que consideramos un trabajo deseable, y para trabajar lo menos posible y lo más repartido posible en lo que no queremos. Por tanto, debemos poner en manos de las personas trabajadoras los centros de decisión sobre los trabajos necesarios, ganando tiempo para los trabajos deseables, reduciendo, distribuyendo y automatizando los trabajos no deseables. De paso, rechazamos las formas de trabajo muerto que precariza nuestra vida, como son el rentismo, la especulación financiera o las tecnologías basadas en el estractivismo de datos, identificándolas como opuestas a nuestra visión transformadora del trabajo.

Situamos el futuro del trabajo en el cuidado colecivo, y no en los ámbitos de necesidad del tecnocapitalismo, destinando así el tiempo a trabajar las relaciones humanas y no las interfaces de reproducción del capital. Si queremos entender los mecanismos de la vida social y del cambio social, debemos partir de la reproducción de la vida cotidiana, aportando valor, prestigiando el propio cuidado, el de las personas, el de la comunidad, el de la tierra, y haciéndolo imprescindible.

María Mies señaló que “un concepto feminista de trabajo debe orientarse hacia una concepción diferente del tiempo, en el que no está segregado en porciones de trabajo pesado y en porciones de supuesto placer y ocio, sino un concepto en el que el tiempo de trabajo y el de descanso y diversión se alternan y entremezclan. Si prevalece este concepto y tipo de organización del tiempo, la longitud de la jornada laboral se vuelve irrelevante. Un día o toda una vida llena de trabajo no se sentiría como una maldición sino como una fuente de plenitud y felicidad humanas.”

El camino es de largo aliento, y en los primeros pasos tendremos que transformar las narrativas en torno al trabajo, identificando los discursos y prácticas deseables. Por un lado, sumando visiones históricas más allá del trabajo asalariado dependiente y cruzándolas con los debates que se están dando en la actualidad. Por otro lado, y también desde dentro de la economía social transformadora, trabajando la capacidad de representar nuevos mundos y para ello crear nuestras prácticas alimentando nuevos imaginarios sobre el trabajo. Los discursos que identifican como éxito tener un trabajo público seguro o conseguir dinero rápido son habituales en nuesto entorno, mientras que las organizaciones de trabajo colectivas o las miradas hacia el trabajo que ponen el cuidado en el centro son rechazadas o menospreciadas. Nuestro camino, no es perfecto, pero creemos que provocando nuevas miradas, podemos incidir en las perspectivas del trabajo que nos gustaría conseguir.

Por lo tanto, en este Primero de Mayo, las personas y proyectos que participamos de la red Olatukoop, que promovemos la Economía Social Transformadora, reivindicamos de forma conjunta las herramientas cooperativas que las personas trabajadoras hemos organizado para satisfacer nuestras necesidades y como vía para conseguir trabajos deseables y soberanos para todas las personas y colectivos. Proponemos esta vía ara mejorar nuestros trabajos y nuestras vidas, para asentarnos en nuestros barrios, pueblos y territorios, y también para poner en marcha cambios significativos para toda la sociedad. Ahora que celebramos que los logros colectivos que en el momento parecen imposibles los conseguiremos por medio de la lucha, manifestamos que la creación de trabajos soberanos y deseables es nuestra aportación a la lucha colectiva, y convocamos a todas las personas trabajadoras soberanas y cooperativistas a participar en las movilizaciónes y a organizarse.

Porque transformar el trabajo es el principio. ¡Viva el Primero de Mayo!

Autoría: Olatukoop, Red de Economía Social Transformadora Euskal Herria. 

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