Según un informe publicado por la oficina del Defensor del Menor de Andalucía, «el 28 por ciento de los niños de Andalucía vive en hogares con ingresos por debajo del umbral de la pobreza, lo que supone que más de una cuarta parte se encuentran en riesgo de pobreza», reza el documento. Pero es que hay más, porque, asegura el Defensor, «la tasa de pobreza relativa de los menores de 18 años es 7,6 puntos más elevada que la tasa de pobreza relativa de la población de todas las edades».
Esta situación es el origen de que 5.150 niños andaluces hayan comido caliente este verano gracias a que han continuado acudiendo al colegio. Para dar esa comida a los menores, la administración andaluza gasta este año 1,9 millones de euros.
La pobreza se ceba con los hogares donde hay niños. Así, en Andalucía, el 65,5 por ciento de las casas en riesgo de pobreza tienen hijos menores de edad. Además, la tasa de pobreza es más elevada para los hogares con hijos. Es decir, las personas consideradas como pobres suelen tener hijos a su cargo y, además, suelen tener una situación económica peor que otras que no tienen menores en su hogar.