Continuar yendo al colegio para poder comer caliente

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Según un informe publicado por la oficina del Defensor del Menor de Andalucía, «el 28 por ciento de los niños de Andalucía vive en hogares con ingresos por debajo del umbral de la pobreza, lo que supone que más de una cuarta parte se encuentran en riesgo de pobreza», reza el documento. Pero es que hay más, porque, asegura el Defensor, «la tasa de pobreza relativa de los menores de 18 años es 7,6 puntos más elevada que la tasa de pobreza relativa de la población de todas las edades».

Esta situación es el origen de que 5.150 niños andaluces hayan comido caliente este verano gracias a que han continuado acudiendo al colegio. Para dar esa comida a los menores, la administración andaluza gasta este año 1,9 millones de euros.

La realidad es aún más cruda, porque, como reconoce el propio informe, estos datos son el resultado de aplicar el límite de pobreza andaluz, que es más bajo que el del resto del Estado. Si se toma el dato estatal, la media de todas las comunidades autónomas, el resultado es que casi la mitad de los niños andaluces (el 44,6 por ciento) están en riesgo de pobreza, muy lejos de la tasa en el resto, que se sitúa en el 28 por ciento.

La pobreza se ceba con los hogares donde hay niños. Así, en Andalucía, el 65,5 por ciento de las casas en riesgo de pobreza tienen hijos menores de edad. Además, la tasa de pobreza es más elevada para los hogares con hijos. Es decir, las personas consideradas como pobres suelen tener hijos a su cargo y, además, suelen tener una situación económica peor que otras que no tienen menores en su hogar.