Montar una cooperativa agrícola en Jerez de la Frontera en plena época de crisis puede parecer una auténtica temeridad. ¿Cómo lo hizo La Reverde para levantar un proyecto alternativo y de consumo responsable que además genera empleo en una zona tan complicada? Alejandro López, de «La Réplica», realizó una entrevista a Marianna Zungri y Mayte Moral, integrantes de La Reverde, donde explicaban los detalles de este proyecto de economía ecológica y social. La resumimos.
La Reverde comenzó como cooperativa en la primavera de 2010. Se gestó en el seno de la asociación de consumidores y productores ecológicos «El Zoco». Los miembros llevaban muchos años consumiendo productos ecológicos y vieron la posibilidad de ampliar la difusión del consumo ecológico cómo filosofía de vida y, a la vez, que hubiera mayor implicación transformando el proyecto en cooperativa y asumiendo la propiedad y la responsabilidad de los medios de producción. Fue un proceso muy democrático, transparente y abierto, en el que cualquier persona pudo sumarse a las reuniones previas que se hicieron para decidir todos los detalles de su funcionamiento. En la actualidad disponen de casi tres hectáreas alquiladas, dos trabajadores a tiempo completo y tres a tiempo parcial.
La cooperativa tiene dos órganos oficiales: la asamblea y el consejo rector. Además, existen comisiones, grupos informales integrados por voluntarios, voluntarias y trabajadores. Actualmente están en activo la de los trabajadores, la de comunicación, la de infraestructuras y la de formación. La asamblea se reúne cada trimestre para analizar las cuentas y avanzar propuestas o aprobar iniciativas del consejo; el consejo se reúne una o dos veces al mes y toma las decisiones de gestión ordinaria y aunque esté formado por nueve miembros, es abierto a todos los socios y socias.
Existen tres tipos de socios: ordinario, colaborador y colectivo. En todos los casos hay que enviar una solicitud al consejo rector y una vez que aceptada, hay que ingresar una cuota de participación al capital social de 200 euros para el ordinario, 50 para los colaboradores y 400 para los colectivos. La cuota se puede pagar en plazos y es retornable al salir de la cooperativa, menos en el caso del socio colaborador. Las personas socias, antes que nada, tienen el privilegio de estar apoyando un proyecto de economía social y sin ánimo de lucro en Jerez. Los socios ordinarios y colectivos tienen derecho a comprar frutas y verduras a un precio un 20% más bajo respecto a los no socios y colaboradores, tienen prioridad a la hora de adquirir cajas y productos si no hay cantidades suficientes, posibilidad de comprar otros productos trasformados que adquirimos directamente de otros proyectos afines y tienen voz y voto en la asamblea además de poder ser elegidos en algún cargo y poder colaborar cómo voluntarios.
En el caso de socios colectivos tienen que ser asociaciones legalmente constituidas y sólo tienen una voz y voto en la asamblea, por lo demás los derechos son iguales a los ordinarios. Finalmente existe el socio colaborador que paga sólo 50 euros y tiene todos los derechos menos el poder comprar las verduras un 20% menos porque no tiene la obligación de los demás de cumplir con el consumo mínimo anual que seria de 18 cajas de las cuales mínimo una al mes. El precio de la caja se decide todos los años en la asamblea y para el 2017 está fijado en 11 euros para socio/a y 13 para no socios y colaboradores.
La Reverde se define, antes que nada, un grupo humano de personas que comparten valores y una forma de vivir. Así que los actos sociales son un elemento fundamental a lo largo del año, al que le denominan «pegamento de la cooperativa, saber que detrás de un proyecto hay unas personas que ven con una mirada limpia y positiva el mundo que nos rodea».
El consumo tradicional es importante por varias razones: por una parte, se estimula la economía local comprando productos cultivados en la provincia que están olvidados debido a las compras masivas en las grandes superficies. Por otro lado, se apuesta por los canales cortos, hecho que contribuye al cuidado del medio ambiente. Al tener que ser transportados a menos distancia se reduce la emisión de gases peligrosos.
También es positivo comprar las verduras y hortalizas en el lugar dónde se cultivan y así conocer a sus cultivadores y las técnicas que utilizan. Además, los alimentos pasan directamente de la tierra a tu casa, estando recolectados en su punto justo de madurez que es cuando te ofrecen el máximo de sus beneficios. Hay que tener en cuenta que las variedades autóctonas son variedades antiguas, las que mejor se adaptan a un clima y territorio y, por ende, son más resistentes a plagas y demás elementos adversos. A lo largo del año solemos cultivar unas 45 variedades entre verduras y algunas frutas.
Entienden que la cooperativa no sólo debe ser social, sino también ética. Son miembros de Som Energia, «los seguros contratados con la cooperativa ética Seryes, el teléfono con Eticoom, el servidor web con nodo 5o, etc. Hemos sido entre los fundadores la asociación RAC que reúne a los pequeños productores y consumidores agroecológicos de la provincia, somos miembros del Zoquito, la moneda local de Jerez, y de Fedecon». Además participan «en la plataforma contra el TTIP y demás iniciativas que vayan surgiendo y que pensamos que puedan ser transformadoras en la sociedad hacia un modelo ético y ecológico porque pensamos que el cambio climático es una prioridad que tiene que permear todos los sectores de nuestra vida y no una batalla perdida. Tenemos que demostrar que otro tipo de empresa es posible y viable.»
Fuente: http://lareplica.es/entrevista_la_reverde/