Muy cerquita del patio de vecinos donde hoy han detenido a unos padres por manifestarse después de haber llevado a sus hijos al colegio, hay una fábrica abandonada, la de Delphi, la que cerraron, y donde siguen clavada unas pocas de cruces en el césped que se pueden ver desde la carretera que separa al Río San Pedro de lo que fue la factoría.
Lo digo porque en ese patio vivió mi hermana un tiempo y me acuerdo de que mi cuñado estaba contento porque le cogía el trabajo al ladito de casa.
Unos pocos metros más para alante, a muy poquito, está también una imprenta, Ingrasa, donde antes imprimían el Diario de Cádiz. Ya ni eso hacen allí, se han ido para otra provincia.
En el mismo sitio, pero por detrás, se encuentra una planta enorme, gigante, la de Airbus Puerto Real. Ya han anunciado su cierre. En el entorno también te puedes topar con Gadir Solar, Alestis, o un montón de sitios que están vacíos, o agonizando, que viene a ser lo mismo. Todos tienen una cosa en común: de alguna manera u otra se han llevado dinero público. Por eso de la responsabilidad social, por eso de tener que responder por dejar en el paro a un montón de gente. Ninguno ha respondido por na.
Esta mañana se han acordado del Río San Pedro y no ha sido por ninguna de esas fábricas, que va, ni por ninguno de los que se quedó tirado y en la calle, tampoco. Se han acordado de los que han hecho todo lo posible por pelear por un convenio digno, por un empleo estable y contra la mafia de una patronal que vulnera los derechos laborales como le da la gana. ¿Y saben qué les ha dicho la Policía a esos que han detenido? Que es para que no se vengan arriba. No vaya a ser que nos demos cuenta que organizarse y luchar colectivamente lo mismo hasta sirve.
Lo recuerdo porque veo que se habla mucho de los supuestos destrozos, de que si eran trabajadores, o no, de Navantia (lo cual no tiene ninguna importancia porque yo mismo he ido a las manifestaciones y no trabajo allí) o que si eran vándalos con antecedes (tuviera que ver, lo mismo también son migrantes, preferiblemente de Marruecos o Rumanía). Ahora, ni media palabra de todo ese entorno de Puerto Real y la Bahía, de todo ese reguero de cadáveres de chapa y hormigón. Ni una frase de lo que ha pasado allí en las últimas décadas, porque eso sí que es violencia, además de la estructural, además de la que no se arregla.
Lo mismo habría que pensar un poquito menos en los dos contenedores, el corte de tráfico y las tres farolas y pensar una mijita más en la gente. Igual a la Bahía le hace más falta una visita que al Vaticano. No sé. Tampoco es que lo segundo invalide lo primero, pero coge más cerca. Igual en vez de tanques, empleo, en vez de discursos rimbombantes contra la extrema derecha, política de verdad. Para callarlos con hechos, para que no tengan espacio, para que no se aprovechen de la miseria para pisotear a los más débiles.
Lo mismo presente y futuro es mucho pedir… O respeto a los derechos más elementales. Nos dejaron sin industria y nos van a dejar hasta sin empatía.