En Chiclana de la Frontera, estalló un conflicto que ya lleva más de tres meses. Concretamente un grupo de trabajadores de la panificadora Butrón, se pusieron en huelga tras el despido de dos compañeros que habían reclamado el cumplimiento del Convenio colectivo para todos los trabajadores. Nada nuevo dentro del pan nuestro de cada día de nuestra Bahía: conflicto a dos bandas entre empresa y trabajadores.
Nada nuevo pero con un hecho diferenciador: ya se han cumplido los 100 días de huelga y acampada porque los 20 de Butrón, SE HAN ATREVIDO.
El método Butrón, la variante gaditana, no es un caso único en nuestra provincia, es el modo operandi de una gran parte del empresariado de la Bahía. Es la manera de atacar a los trabajadores, pisoteando y haciendo un agujero al convenio y al E.T. El amo y señor de la panificadora Butrón, como muchos de los empresarios del lugar, está acostumbrado a agudizar su ingenio, buscando la forma de engañar a sus trabajadores, esas suelen ser sus maneras emprendedoras. Pero como a estas alturas, engañar ya no se engaña a casi nadie y, en todo caso, si se consigue el engaño, no dura eternamente, recurren a la herencia de los latifundistas andaluces del pasado y abusan de la necesidad de sus paisanos.
20 chavales jóvenes, muchos de ellos de «Sonajita», uno de los barrios con más índice de paro y de pobreza de la ciudad y, cómo gran parte de nuestra Bahía, rehenes del desempleo, después de soportar condiciones de semi esclavitud (salarios por debajo de los 900€, 15 días de vacaciones anuales al año, periodos de tiempos continuados en turno de noche de manera obligatoria, pagas extras que se obligan a firmar pero que luego no se cobran, trato déspota y abusivo con contestaciones tipo: «si no te gusta lo que hay, en Sonajitas hay 100 como tú». El equivalente en el metal sería: » si no te gusta lo que hay, en los tornos hay 200 esperando) y no permitir el despido de dos de sus compañeros por levantar la voz, llevan protagonizando una de las huelgas más heroicas de los últimos años. Sin base ni arraigo sindical, sin un euro ahorrado, con familias, con obligaciones pero con mucha dignidad, se han atrevido y ya llevan más de 100 días de huelga y acampada.
Las características sindicales de este tipo de empresas es la habitual, la que nos encontramos a diario: comité DE LA empresa elegido a dedo por el amo y señor del cortijo. Avalados por UGT que es capaz, por las subvenciones y el poder hegemónico que les otorga tener más delegados, convertir una herramienta del trabajador, como deberían de ser los comités de empresa, en un arma de la patronal.
El resto de instituciones, también se arriman a la misma banda que el sindicalismo institucional y se alejan del pueblo porque saben que no estamos AÚN organizados. En pleno 2023 las instituciones informatizadas, controladoras de cada paso que damos y que no nos dejan pasar ni una a la Clase Obrera, no son capaces de controlar, a través de la justicia laboral, a miles de empresas que, a la par que incumplen los derechos de sus trabajadores de forma descarada, lucrándose y haciéndonos imposible una vida «normal», incumplen también, indirectamente, las cuotas porcentuales que deberían de abonar si pagarán los sueldos que marcan la Ley. Es decir, no solo engañan a sus trabajadores sino que además, indirectamente, engañan a todos los que pagamos religiosamente nuestros impuestos. No puede pretender la izquierda institucional, ganarse la confianza de su pueblo, cuando ni estando en el poder, es capaz de blindarnos. Mención especial para el alcalde de Chiclana, arrimado claramente a la banda de la patronal y olvidando a los que peor lo pasan del lugar.
En Chiclana, con la expansión de la ciudad, hace mucho tiempo que ya apenas existe la diferencia estructural entre la Banda y el Lugar. Lo que no cambia, como no cambia en la Bahía, es la gran cantidad de empresarios piratas (en el metal) o buitrones (en la industria alimentaria) que forman una verdadera banda mafiosa que se enriquecen a costa de explotar al pueblo. Ni cambian ni cambiarán, porque al enemigo no se le convence, a no ser que la otra banda, el pueblo de la Bahía, tengamos claro en qué lado estamos y sigamos el ejemplo de estos 20 chavales.
Autoría: Diego Rodríguez. Coordinadora de Trabajadores del Metal. Bahía de Cádiz.
Cuenta Caja de Resistencia: ES88 2100 8489 4122 0004 5664
Concepto: solidaridad huelga Panificadora Butrón.
Beneficiario: CGT Chiclana oficios varios.