“#AlmeidaCarapolla” y “#EspadasMiserable”

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Estamos acostumbrados a que quienes nos mal gobiernan se rían en nuestra cara y nos traten como a párvulos. Para medir el cinismo de los gobernantes se necesita en la escala el  nivel-dios. Ya no les basta con mentir de forma deshonesta, necesitan decir la mentira más grande posible para ver hasta dónde pueden llegar sin pestañear y sin que se les note. Juegan a eso y lo hacen a nuestra costa cada vez que pueden.

El que ahora es alcalde de Madrid dijo, refiriéndose a las personas activistas que luchan contra el calentamiento global y que cortaron la calle Alcalá para exigir no dar pasos atrás en las políticas medioambientales (“Madrid Central”): «es envidiable el tiempo libre de que disponen». Está claro que no tiene vergüenza ninguna. Está claro que es un personaje indeseable, una de esas personas que le importa poco o nada la salud de sus vecinos y vecinas. Almeida, con ese tipo de declaraciones (y muchas más, casi tantas como veces abre la boca) está faltando el respeto a las personas, está insultando a la inteligencia colectiva, está sembrando mierda y miseria que parece no preocupar demasiado a quienes controlan los medios de comunicación. Pero si algunos jóvenes del barrio de Vicálvaro responden, entiendo que de forma jocosa y reivindicativa, llamando al alcalde #AlmedidaCaraPolla y hacen pegatinas, carteles y camisetas con esa leyenda y haciendo hincapié en la idea “tenemos un tiempo libre envidiable”, ahora sí que se han pasado las líneas rojas que en una democracia, su democracia, no se pueden pasar. Es necesario activar todos los planes para terminar con esta gente que quiere romper la democracia faltando al respeto a las autoridades elegidas democráticamente… Este es el nivel, no más. Me parece evidente que llamar Carapolla a un alcalde puede resultar de mal gusto para alguna gente. El problema es cuando las declaraciones siniestras e irrespetuosas de una alcalde forman parte del pluralismo político y de la libertad de expresión y cuando una denuncia sarcástica “tenemos un tiempo libre envidiable, Carapolla” es solo falta de respeto, poca vergüenza y nada tiene que ver con la libertad de expresión.

Podría haberse hecho viral #EspadasMiserable. Juan Espadas recién elegido alcalde de Sevilla para otros cuatro años y después de subirse el sueldo un 33%, se preguntaba en una entrevista: “por qué es un drama para algunos que se actualice el sueldo del alcalde”. Es lo primero que ha hecho cuando ha llegado a la alcaldía, ponerse un sueldo de 84.500 euros y dando la espalda a la realidad de los barrios empobrecidos de Sevilla en tres de los cuales la renta media por habitante y año no supera los 5.600 euros. En la campaña no dijo  nada de la subida de su sueldo, no encontró un momento para anunciar una medida tan urgente y necesaria… Pero sí le dio tiempo en la campaña para mentir, una vez más, sobre que su prioridad serían los siete barrios sevillanos que forman parte de los quince más pobres de España. Pero esto fueron, como otras veces, sólo promesas (el aumento del sueldo es ya una realidad). Más de lo mismo: falta de respeto y poca vergüenza. Si alguien hiciera pegatinas, carteles y camisetas con #EspadasMiserable, no faltarían quienes dirían que lo primero es la educación y que hay que cuidar las formas. Pues yo les digo a quienes se quedan en el señuelo: Váyanse, dicho con educación, al carajo.