El Estado español es aconfesional, pero a estas alturas de la pelÃcula todavÃa existen centros educativos públicos que imponen un adoctrinamiento religioso y tienen simbologÃa religiosa en todas sus dependencias.
Es verdad que se ha prescindido del ángelus y lo sermones en radios públicas, que en los colegios públicos ya no se reza el padrenuestro y el avemarÃa al comenzar la clase, pero todavÃa existen ciertas reminiscencias de una época arcaica en el que el Estado y la Iglesia eran uña y carne y quienes eran desafectos podÃan encontrarse con sus huesos en la cárcel o, quien sabe, si iban mal dadas, en sitios peores… ¡Válgame Dios!
Asà que la religión católica sigue estando muy presente en la vida de los escolares españoles: simbologÃa religiosa; visitas pastorales de obispos a colegios e institutos públicos, suspendiendo las clases de Matemáticas, Lengua, Naturales,…; procesiones teatralizadas durante las horas lectivas, etc. Y la Administración o mira de perfil o de manera descarada alienta a que el Estado sea cada vez más de unos cuántos en vez de para todos.
Y con estos mimbres, nuestro hijo está cursando ESO en un Instituto público en el que hay sÃmbolos religiosos católicos en todas sus dependencias y lleva pidiendo que se retiren desde que puso un pie en el Instituto. ¡Tiene más paciencia que el Santo Job!
Pero sus peticiones caen en saco roto y no es escuchado. Y, mientras, se oyen algunas voces que dicen que todas las religiones deberÃan tener cabida en un centro público… ¡Doctores tiene la Iglesia! AsÃ, sin haber reflexionado es comprensible soltar este tipo de perlas, pero dos segundos de análisis y esa propuesta se desbarata como un castillo de naipes.
Porque para que nadie se sintiera ofendido podrÃamos poner el crucifijo católico, el pez de los evangelistas, la medialuna islamista, la estrella de David judÃa, la rueda del dharma budista, el Om hindú, la letra A del ateÃsmo o la estrella de nueve puntas del bahaÃsmo.. ¡Que Dios nos coja confesados! ¡No vamos a tener pared para tanto sÃmbolo!
Y digo yo, ¿no serÃa más razonable dejar estos centros educativos públicos que hagan lo que de verdad tienen que hacer?, es decir, que sean centros abiertos para todos, sin sectarismos, donde se imparta una educación de calidad, fundamental para la construcción de una sociedad diversa, inclusiva, plural, cohesionada y respetuosa con los principios democráticos de convivencia y los derechos y libertades fundamentales de las personas.
Pues en el IES San Roque de Dos Torres (Córdoba) parece que su director, de momento, no comparte el principio de aconfesionalidad de la Constitución o que la educación sea laica como dice el Estatuto de AutonomÃa andaluz.
Y, por eso, un niño de 14 años ha tenido que levantar la voz y batallar una lucha de derechos fundamentales, para los que vienen detrás, para decir que todos los seres humanos tenemos los mismos derechos y que hay que cumplir la Ley.
No nos confundamos, no es una cuestión de irreligiosidad irreverente como algunos quieren hacer ver, no es una cuestión de ir contra la religión, es solo una cuestión de SENTIDO COMÚN y de cumplimiento de la Ley, la Constitución y el Estatuto de AutonomÃa andaluz.
Y buenos dÃas nos dé Dios, a TODOS Y TODAS.
AutorÃa: Héctor Sánchez y Cristina GarcÃa. Estudiante y Bióloga. Madre e hijo. Activistas pro derechos humanos y libertades fundamentales.