Las externalidades en el sector alimentario

“Es más caro comprar alimentos ecológicos”. La conclusión que a base de mucho esfuerzo de comunicación las multinacionales han incrustado en el subconsciente colectivo se convierte en la práctica en un techo de cristal para los alimentos elaborados con criterios de sostenibilidad ambiental y social.

El Pa Sencer Cooperativa ha elaborado un estudio titulado “Mapeo sobre el precio y el valor de los alimentos en catalunya” en el que se desgrana la situación de la cadena alimentaria. En el análisis se aporta un giro fundamental al estudio comparativo de precios que, en la mayoría de los casos se ciñe exclusivamente al precio final del producto puesto en la estantería. Sin embargo, si más allá de una situación concreta y puntual se mide el conjunto de la acción, es decir, el coste en alimentación anual de una familia comprando alimentos “de lineal” o ecológicos, la situación cambia pues el estudio concluye que no es más caro tener una cesta de la compra con productos de proximidad y ecológicos. Todo ello sin contar los beneficios externos de este tipo de hábito y que influyen favorablemente en la mitigación del cambio climático, la fertilidad de la tierra y el arraigo de las personas al medio rural. Comprar de proximidad y de temporada tiene otro efecto positivo fundamental más allá de cuidar el bolsillo de las familias consumidoras que es mejorar la renta digna del sector primario gracias a la desaparición de los intermediarios y por tanto de sus márgenes comerciales.

Todo ello sin eludir el núcleo central de la cuestión, el precio final que paga el consumidor por un producto, ¿Está adecuadamente calculado? ¿Incorpora adecuadamente los costes indirectos y diferidos de la gestión de la tierra, elaboración y distribución? Hay algunos apartados que merece la pena analizar con detalle:

a) Subvenciones

Gracias a los sistemas de cobertura pública, el precio que pagamos en el supermercado es sólo una parte de los gastos de la agricultura. “Los pagos básicos de la PAC del año 2019 en Catalunya fueron de 237 millones de euros, de este total solamente un 4,8% se destinó a pequeños agricultores y jóvenes».

b) Costes ambientales

“La producción de alimentos es responsable, según estimaciones de la FAO de 2021, de más de una tercera parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero”, “Si el PIB catalán de 2019 fue de 236.814 millones de euros, y si la agricultura industrial es responsable de un 33% de las emisiones, tenemos un coste extra de un total aproximado de 700 millones de euros».

c) Contaminación y salinización del agua

La sobreexplotación de los recursos hídricos que hace la agricultura y la ganadería industrial obliga a mayores inversiones públicas en sistemas de desalinización, depuración o incluso el consumo en los hogares de agua minera envasada, especialmente en las zonas urbanas”. Según un estudio de la Fundación Mundo Rural, la sobreexplotación y contaminación de los acuíferos genera un gasto anual de 756 millones de euros en Catalunya.

d) Salud

Las consecuencias en la salud de las dietas de mala calidad, basadas fundamentalmente en productos ultraprocesados y con mucho azúcar están constatadas. Son una de las principales causas de las enfermedades no transmisibles, sobre todo de las enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes.

Si tuviésemos que añadir cada uno de estos costes adicionales al precio que las familias pagan en la caja del supermercado, el resultado sería que todo lo que cuesta una cesta de alimentos anual comprada de forma convencional en los supermercados es más cara que comprar una cesta agroecológica. El análisis comparativo para Catalunya quedaría como sigue:

A abordar:

1. Dumping: Supermercados que compran por debajo de los costes de producción.
2. Compra pública: ¿Cómo cambiaría el mapa del sector primario si las compras de la administración pública fueran agroecológicas.