Disminuye el cultivo de Girasol en Andalucía

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Aunque en la mente de los que cada año ven los campos amarillos parece que se repite la imagen cada 12 meses, en realidad muchos campos de girasoles sólo tienen esa tonalidad cada dos años, porque no es rentable plantarlos cada año por lo que se buscan alternativas para evitar el barbecho.

Entre las ayudas que reciben los agricultores se encuentra el «greening», popularmente conocido como «pago verde», un pago anual por las hectáreas vinculadas al pago básico, que se abona dependiendo de las hectáreas que tenga el agricultor. Tiene muchos matices y supone todo un galimatías de trámites que se traduce en unos 40 euros por hectárea aproximadamente, según los datos de 2016 y a la espera de que se cierren los de este año.

Los portavoces del sector citan varios motivos a la hora de analizar el descenso del número de hectáreas de este año con respecto al anterior, pero la necesaria alternancia quizá sea la principal. En este sentido está aumentando la siembra de colza y la superficie de leguminosas, concretamente de garbanzos.

El cultivo de girasol es rentable si hay rendimientos aproximados en torno a los 1.000 kilos por hectárea, pero el coste del año pasado fue de unos 31 céntimos por hectárea, mientras que, con respecto a las semillas, hacen falta unos 90 euros para una hectárea. El intenso calor va en contra de los agricultores, sobre todo si se comparan, por ejemplo, con el olivar extensivo, que deja unos 6.000 euros de beneficio por hectárea. El alto precio de las semillas tampoco ayuda.

No se puede precisar aún el precio que tendrá el producto final, porque las lonjas están aún sin operaciones aunque se espera el aceite de girasol suba con respecto a las últimas campañas.

Fuente: Enclave Rural – eldiario.es